Informe especial | La interminable guerra narco en San Martín

Los crímenes por ajustes de cuentas se multiplican en el distrito. ¿Por qué es el epicentro narco de zona norte y cuáles son las similitudes con Rosario?

por
por

Si querés recibir las noticias del oeste en tu celular o enviar tu comentario, entrá a nuestro Whatsapp. También a InstagramTwitter y Facebook.

Esta Semana Santa balearon a dos jóvenes en distintos barrios populares. El mes pasado mataron a otros tres. La mayoría de los hechos se producen en enfrentamientos entre bandas narcos, en territorios tomados por grupos paraestatales. Los vecinos exigen que vuelva Gendarmería y denuncian connivencia policial y política. Los últimos años se registraron crímenes por encargo al estilo mexicano.

Los barrios populares de San Martín parecen desangrarse en enfrentamientos. A veces se trata de grupos locales de delincuentes que encontraron en la venta de drogas un gran negocio, pero en otras ocasiones están vinculados con bandas de peruanos, paraguayos o de villas de la Ciudad de Buenos Aires que quieren hacer pie en el distrito.

Durante el finde largo de Semana Santa, Jorge Barrios, un adolescente de 17 años fue baleado en el cuello en el barrio Independencia, de José León Suárez, cuando quedó en medio de un tiroteo. Uriel Yomha, de 24, corrió la misma suerte, aunque la herida la recibió en el pecho en la calle 26 de julio al 1890.

El 23 de marzo, en Villa Loyola, a pocos metros de Tecnópolis, el joven peluquero de nacionalidad paraguaya David Leyva fue acribillado de cuatro balazos por sicarios que responden a los líderes que se adueñaron del barrio, en el que desde hace 4 años controlan el ingreso y egreso de vecinos, más aún de aquellos que no viven en el lugar. 

Unas horas antes, en Villa Hidalgo, dos jóvenes, entre ellos una adolescente de 17 años, murieron por una ráfaga de disparos, mientras que otros cinco chicos resultaron heridos en medio de un ataque con tinte narco. Varias de las víctimas tenían antecedentes por el mismo tipo de delito y por la masacre fue detenido Sergio Antúnez, un hombre de 50 años que acababa de purgar una pena por homicidio y amenazas. Este medio pudo saber que vecinos de los barrios afectados están tomando como medida preventiva, cerrar por las noches con rejas y candados algunos pasillos laberínticos del lugar, para desalentar que los “killers” puedan entrar, disparar y escabullirse. De esta manera, los gatilleros que se animan a ingresar, saben que deben salir por el mismo lugar, fuertemente custodiado por soldaditos. 

Por otro lado, una de las líneas de investigación del crimen de Alicia Scerbo, la mujer de 58 años que era empleada del área de Relaciones Institucionales de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) y que fue encontrada muerta, amordazada y maniatada el 22 de marzo pasado, se relaciona con una posible venganza en el marco del tráfico de drogas, ya que el cadáver fue encontrado en la casa incendiada de su ex esposo, en Villa Ballester, donde ella iba a alimentar a los perros. Este hombre está preso por este tipo de delitos.

Otro claro mensaje con el típico sello narco mexicano se dio a fines de julio del año pasado cuando el cadáver de Maximiliano Lautaro Yoel Maturano, de 18 años, fue descartado sobre la vereda de un club de fútbol barrial a pocas cuadras de la Villa 18 de Septiembre. El cuerpo había sido torturado, tenía quemaduras en la cara y estaba envuelto en una frazada. Pero los matadores no se conformaron con eso: antes de irse, le dispararon varias veces al bulto. Por esos días, la víctima estaba siendo buscada por la DDI de San Martín como sospechosa de haber ejecutado a balazos a Kevin González, un estudiante de 18 años, una semana antes, en el Barrio Curita de la localidad de José León Suárez. 

¿Por qué San Martín?

A esta altura de la descripción de los hechos, vale preguntarse ¿Por qué San Martín se convirtió en el epicentro narco de la zona norte? Fuentes judiciales e investigadores, aseguran que el crecimiento del negocio de las drogas ilegalizadas en el distrito es muy similar al de Rosario y no sucede lo mismo en distritos cercanos como Tres de Febrero, Vicente López, San Miguel o Malvinas Argentinas. Una de las hipótesis sostiene que cuenta con estratégicos accesos desde General Paz, Panamericana y Camino del Buen Ayre. Por otro lado, desde la justicia federal apuntan que se trata de un “laissez faire, laissez passer”, algo así como “dejar hacer, dejar pasar”, que fue aumentando año tras año con una clara connivencia política. El resultado: homicidios a cargo de sicarios que dejan huellas con un tinte mafioso similar a los que suceden en México.

Las organizaciones criminales en San Martín comenzaron a crecer hace unos 10 años, tras asentarse en las principales villas del distrito con varias modalidades: por un lado, ocupación territorial a la fuerza, primero con amenazas, luego a los balazos. Por otro lado, reclutan a jóvenes facilitándole dinero, armas y estupefacientes. Y, por último, tomando casas y expulsando a vecinos para luego usarlas como búnker, centro de acopio, cocina y comercialización de los distintos estupefacientes: paco, cocaína, pastillas y marihuana, entre otras.

Ante la consulta al Municipio de San Martín, el secretario de Gobierno y Seguridad, José María Fernández quien además es un gran amigo del jefe de La Bonaerense, Daniel “Fino” García, prefirió no contestar sobre el avance narco, aunque en off the record, funcionarios del área aseguran que se tratarían de hechos aislados.

De acuerdo al Observatorio de Políticas de Seguridad de la Universidad Nacional de La Plata, entre 2009 y 2021 la tasa de homicidios dolosos bajó de 8,5 a 4,5 cada 100 mil habitantes en la provincia de Buenos Aires. Sin embargo, San Martín parece tener otros parámetros. “En líneas generales la tasa de homicidios está estable y a la baja en los últimos años, pero en algunos lugares del Conurbano, no. Se da lo que nosotros llamamos la distribución desigual de las violencias. Hay que pensar cómo actúa en algunos lados en particular y en otros no”, puntualizó el investigador del CONICET, José Garriga Zucal, en una nota publicada recientemente en Tiempo Argentino.

Garriga Zucal, Doctor en Antropología social y docente de la Universidad Nacional de San Martín, describió que “con la tasa de homicidios es muy notoria cómo se da esta heterogeneidad… Nosotros trabajamos en San Martín y notamos cómo en una zona se dan más del 80% de los homicidios”. 

“En San Martín -continuó el especialista- creció el mercado de drogas ilegalizadas sin una organización vertical detrás, entonces hay conflicto entre diferentes actores. Las lógicas de recaudación de la policía se han modificado. Lo que llamamos la regulación del delito, no está funcionando de la manera más efectiva. Entonces hay más violencias entre las bandas y hay más bandas”.

A todo esto, debe añadirse que la lucha contra el narco en estos barrios vulnerables es desigual. Según un informe de la UNSaM, el 9% (37.735 habitantes) de la población total del distrito vive en 57 villas y asentamientos informales. Pero los datos más preocupantes son estos: el 59% de los chicos del distrito entre 6 y 14 años (56.173 jóvenes) no cuentan con matrícula para asistir al primario, en cuanto a la oferta de vacantes para el nivel secundario el déficit es del 22% de la población de 15 a 19 años (11.223 personas). El relevamiento es de 2019, prepandemia. Por otro lado, las fuentes indicaron que los narcos le pagan a los vecinos por esconder en su casa un kilo de cocaína entre 80.000 y 100.000 pesos por semana.

Mameluco, El Rengo Pacheco y narcopayasos

El foco sobre San Martín ya había comenzado a posarse años atrás a partir de la incidencia de Miguel Ángel «Mameluco» Villalba, quien junto a su hijo, Iván “El Salvaje”, supieron ordenar a sangre y fuego el narcotráfico en la Villa 18 de Septiembre. Esta banda, incluso, quedó vinculada hace más de un año atrás con la cocaína adulterada que provocó la muerte de 24 personas, tras ser distribuida en el barrio Puerta 8, de Tres de Febrero.

La guerra narco mostró una de sus caras más impunes en marzo pasado, cuando se conoció un video en el que un grupo de individuos enmascarados amenazó a la banda liderada por Maxi Ali «Alicho» Alegre y Blas «El Gordo» Gómez a abandonar el Barrio 9 de Julio a riesgo de ser desalojados a la fuerza. Quienes se terminaron yendo del lugar fueron algunas familias.

Los que habrían realizado la amenaza, pertenecerían a la banda de Javier «El Rengo» Pacheco, el narco detenido en 2021 en su quinta de Parque Leloir, quien desde que está en prisión habría perdido peso, situación aprovechada por la banda de Alegre y Gómez para apoderarse del territorio que controlaba.

Los sindicados jefes narcos de San Martín, al igual que sucede en Rosario, están presos. Sin embargo, siguen manejando y tejiendo los hilos de la violencia desde la cárcel, ante la impávida mirada de las autoridades policiales, judiciales y políticas. 

En esta nota se habla de: