En las últimas 24 horas hubo dos episodios, entre varios otros, que vuelven a golpear al municipio: El hecho de Ramos Mejía donde un policía fue acribillado al evitar un robo en un comercio de la zona y la intensa balacera de Villa Scasso, en González Catán, donde delincuentes tirotearon a la Guardia Urbana en pleno centro comercial de esa zona.
Ya sea por las internas políticas del oficialismo, por inoperancia o desprecio por la vida de quienes gobiernan, los vecinos en este municipio estamos abandonados como en ningún otro.
Tanto la gestión del ministro Sergio Berni que solo viene a La Matanza a montar un escenario mediático y conspirar en la interna política contra Fernando Espinoza, quien hace lo mismo utilizando el supuesto Consejo de Seguridad Municipal solo para la foto, abandonando ambos a la gente a su suerte en materia de prevención y represión del delito.
Con menos de la mitad de los patrulleros policiales funcionando, sin sistemas tecnológicos de monitoreo y prevención suficientes, con 8.500 millones de pesos de fondos municipales en distintos plazos fijos, La Matanza sangra y va a seguir haciéndolo hasta que el intendente acepte priorizar la vida antes que otra cosa.
Mis condolencias a los familiares del cabo de la Policía Federal, Diego Di Giácomo, acribillado en Ramos Mejía.
