Denunció a su papá por abuso sexual y hace diez años pide que la justicia la escuche

Se trata del caso de Luna, una joven que hace una década se le niega acceder a la cámara gesell. Hoy su familia movilizó a Tribunales de Morón y consiguió una nueva fecha.

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Hace 10 años que Luna y su mamá Yamila Corín caminan los pasillos del Poder Judicial de Morón. Su lucha comenzó cuando tenía 9 años y denunció en el Juzgado de Garantías Nº1 a su progenitor por intento de abuso sexual. Allí, lo que debería haber sido un tiempo de acompañamiento y escucha se convirtió en un proceso de revictimización: ya se cumplió una década sin haberle dado la posibilidad de declarar en cámara gesell, la prueba clave ante estos delitos.

Este viernes parecía que por fin el día de la declaración había llegado. El 28 de febrero fue la fecha establecida por el juzgado, pero nuevamente surgió una traba: la defensa del denunciado presentó un certificado médico para pedir la suspensión de esta instancia. Según argumentó, la enfermedad no le permitiría estar presente en la cámara gesell, aunque para nada es necesario la presencia del acusado. Sin embargo, dieron lugar a su pedido y cancelaron el encuentro.

Por eso Luna, su mamá y la Agrupación Mundanas convocaron a militantes feministas en las inmediaciones del edificio judicial, ubicado en la intersección de las calles Colón y Almirante Brown, bajo la consigna “nuestra revolución no defiende abusadores”. Y la marcha dio sus frutos: la declaración de la joven en cámara gesell tiene fecha.

La fecha de la cámara gesell para Luna

“Conseguimos que nos dieran fecha para el 18 de marzo, y todo fue gracias a la movilización, sino no lo hubiéramos obtenido”, le contó a No Ficción Yamila Corín, la mamá de Luna, al salir de juzgado. Que la audiencia no se vuelva a postergar es clave, ya que la joven está cerca de los 18 años de edad y puede llegar a perder ese espacio de cuidado.

El caso de Luna no es aislado. No creerle a un menor ante una denuncia de abuso es una práctica repetitiva, sobre todo porque el acusado en tres de cada cuatro casos es un familiar o alguna persona de confianza. Este medio contó la historia de la nena de 12 años que llegó a ingeniárselas para filmar a su abusador para tener pruebas de lo que decía.

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