Un Morón para vivir

Garantizar la seguridad y la justicia, reducir la carga impositiva a la actividad privada, ajustar el gasto político, desburocratizar el Estado y completar las obras de infraestructura son el piso para acompañar a la ciudadanía tras la pandemia.

Francisco Mones Ruiz
Francisco Mones Ruiz

La Argentina está atravesada por la violencia. Flagelos como el narcotráfico, la corrupción y la pobreza construyen un combo para redes delictivas. En Morón, la gestión de Ramiro Tagliaferro elevó como nunca antes la inversión en seguridad, alcanzando el 10% del presupuesto municipal: se inauguró el Centro de Operaciones y Monitoreo, se aumentó de 60 a 720 las cámaras, se instalaron ocho destacamentos en las plazas.

La ola de inseguridad violenta que atraviesa Morón y la Provincia requiere un mensaje claro contra el delito que no llega. En 2016 inauguramos el Centro de Atención a la Víctima y en 2017 el Centro de Acceso a la Justicia. Necesitamos que las víctimas logren justicia y no haya impunidad.

La presión impositiva está ahogando nuestros sectores productivos. La Tasa de Inspección de Seguridad e Higiene se aumenta constantemente. Este año dijimos no al impuestazo: no a la tasa a los combustibles, no a la “tasa epidemiológica” a sectores pyme. Y lo logramos. Es preciso defender la producción y el trabajo. La solución no puede ser siempre pedirle el esfuerzo a la clase media.

La política debe dar el ejemplo y ajustarse. Aliviar la carga a quienes desean emprender en Morón significa reducir el gasto político.

Morón cuenta hoy con más de 166 funcionarios entre secretarios, subsecretarios y directores. Más de 200 coordinadores. Además, se crearon siete nuevas UGC para sostener acuerdos de la política y en un año nos costarán más de 50 millones sólo en personal. Se debía mejorar las que estaban y darles capacidad de resolución.

Esto se financia con el aporte de los contribuyentes que hacen Morón día a día, con el fruto de su esfuerzo. La carga impositiva extra financia estas decisiones en vez de mejorar los alicaídos servicios de alumbrado, barrido, recolección de residuos, limpieza y asfaltos.

Necesitamos desburocratizar el Estado. Avanzar más con el expediente digital para ahorrar compras en papel, cuidar el ambiente, agilizar trámites y dar respuestas rápidas. Fomentar realmente el gobierno abierto y la transparencia con acceso en tiempo real a las compras, contrataciones y ejecución del presupuesto.

Debemos concluir las obras de infraestructura. Dejar atrás las calles de tierra, continuar las obras para frenar las inundaciones, cloacas y agua corriente constituyen el piso indispensable de derechos para que los barrios más postergados puedan mejorar su fisonomía y acercarse al Municipio que soñamos: un Morón de clase media.

Queremos un Estado local que cuide a los vecinos en este delicado momento económico, que comience a pensar en una salida tras la pandemia basado en la libertad, la diversidad y la creatividad de jóvenes, emprendedores, trabajadores, productores, profesionales, participando juntos en un desafío alcanzable: que Morón nos vuelva a enamorar de vivir donde vivimos.

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