La fiesta Bresh, una oportunidad perdida para San Martín

El periodista Lucas Centurión analiza que el megaevento cultural destinado a los jóvenes pasó desapercibido para las autoridades locales.

Lucas Centurión
Lucas Centurión

El último sábado se realizó la fiesta Bresh, por primera vez en San Martín. El evento pudo ser una vidriera para el Municipio y una oportunidad política para llegar desde el Estado a las juventudes, que asistieron de a miles al club alemán de Villa Ballester.

La fiesta Bresh desembarcó en San Martín, pero pasó casi desapercibida por gran parte de la política y sobre todo del gobierno municipal. En el marco del mes de las Juventudes pudo generarse un hecho político y de gestión para vincularse con ese sector de la sociedad, siempre tan esquivo para la dirigencia política de todos los colores.

Lo cierto es que en la Sociedad Alemana de Villa Ballester se pudieron ver food trucks de comida y bebidas y hasta se comercializaron vasos ecológicos. La Municipalidad de San Martín brilló por su ausencia. Pareció que la fiesta no se hacía en este distrito.

Hubiese sido importante que el gobierno municipal esté presente con stands en el que se distribuya material que permita visualizar problemáticas que atañen a los jóvenes en su relación con las salidas nocturnas, consumo, difusión de métodos anticonceptivos y las propuestas municipales existentes. La lista puede extenderse.

“La fiesta más linda del mundo”, también fue una oportunidad desaprovechada para construir a San Martín como una referencia cultural de la región y la provincia de Buenos Aires. La fiesta Bresh es una movida que trasciende nuestras fronteras, ya que se realiza en distintas ciudades de Latinoamérica, Estados Unidos, Japón y hasta en Ibiza.

La Bresh pudo haber sido una oportunidad para narrar que San Martín tiene la capacidad técnica y la infraestructura para albergar eventos de calidad, correr la vara en el que aparece el distrito como un municipio asediado por la inseguridad y el narcotráfico, problemáticas que existen, entre otras tantas que se dan en el conurbano bonaerense, pero que también es una ciudad cultural con variedad de artistas y espacios culturales independientes y municipales, entre otros aspectos que le dan distinción al municipio.

El club Alemán es una plaza que se ha constituido como un lugar que ha mostrado estar a la altura de las circunstancias para recibir eventos, como ya lo hizo con la fiesta Bresh y Las Pastillas del Abuelo. La esquina donde está ubicada la institución en las avenidas Rosas y 9 de Julio, puesta en valor por la gestión de Gabriel Katopodis con la construcción de una escuela de danza y un natatorio o las refacciones en el CEMEF, dan un horizonte para potenciar aún más la oferta cultural de la zona más próxima al área Reconquista, para que las propuestas no se concentren únicamente en el centro de la ciudad.

El Gobierno municipal en lo cultural, como en otras áreas, parece dormirse en los recuerdos de lo que alguna vez fueron logros de gestión, pero no termina de comprender los nuevos contextos y las nuevas demandas. Las obras que se han hecho para recuperar espacios culturales municipales e incluso crear, potenciar otros ya son un derecho adquirido para los vecinos y vecinas. Ahora es momento de nutrirse de los nuevos colectivos de artistas y expresiones culturales, que allá por 2011 aún no aparecían en el mapa.

No todo el arco político de San Martín le dio la espalda a lo que sucedía en la esquina de Rosas y 9 de Julio. En la Fiesta Bresh estuvieron presentes el diputado nacional Leonardo Grosso (Movimiento Evita), los concejales Andrés Petrillo (PRO) y Santiago Echevarrieta (Coalición Cívica), dirigentes del distrito que se muestran permeables a nutrirse de las nuevas movidas culturas y demandas sociales. La Fiesta Bresh fue una oportunidad perdida para San Martín, aunque seguramente no será la última ya que las entradas volaron una semana antes. Será responsabilidad de quienes llevan adelante la gestión cultural y la dirección de políticas juveniles trabajar para que San Martín sea reconocida en la provincia de Buenos Aires como una ciudad cultural.

En esta nota se habla de: