Luego de una extensa Conciliación Obligatoria entre los representantes del Sindicato de Trabajadores de Comercio de la zona oeste (SEOCA) y de Garbarino, la empresa se comprometió a garantizar la reincorporación de los 23 empleados de las sucursales de Merlo, Morón y Gregorio de Laferrere que habían sido echados.
De esta manera, la Conciliación Obligatoria que había comenzado el 4 de enero llegó a su fin. En ese momento, el Ministerio de Trabajo de la provincia de Buenos Aires convocó a las partes para que llegaran a un entendimiento luego de que se intensificaran por un lado las medidas de protesta; y, por el otro, las represalias por parte de la firma de venta de electrodomésticos como respuesta a los reclamos.
Es que el 23 de diciembre del año pasado, Garbarino había tomado la drástica decisión de identificar y desvincular a los trabajadores que habían participado de una movilización en las sucursales de Avenida Rivadavia y del Plaza Oeste Shopping, ambas situadas en Morón. La protesta contemplaba el pedido de un bono de fin de año, la regularización del pago del salario que se venía abonando en cuotas, retrasos en el aguinaldo y los aportes, tanto en la Obra Social como en las Asignaciones Familiares.
Cabe mencionar que tras aquella medida de fuerza, Garbarino les brindó a sus trabajadores un bono de fin de año de 9.000 pesos. Al mismo tiempo, la empresa comenzó paulatinamente a resolver las cuestiones salariales pendientes. Según se desprende del acta firmada por las partes este lunes, a la que accedió No Ficción, Garbarino ya no tiene deudas con los trabajadores.
Por otra parte, hace unas semanas cerró definitivamente la sucursal de Garbarino situada en Avenida Rivadavia, en pleno centro de Morón. Este medio pudo saber que las fuentes laborales no corren riesgo ya que la firma trasladó a los empleados a otras tiendas de la región.
