Falta de alimentos en comedores: cuánto destinan los municipios y hasta cuándo podrán hacerlo

El escándalo de los alimentos retenidos por el gobierno nacional es la punta de un iceberg que se refleja en los alarmantes números de pobreza que difundió la UCA. El rol de los municipios en el conurbano.

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“Desde noviembre, Nación no manda los alimentos, y la realidad es cada vez más difícil, porque venían cincuenta personas a comer y ahora son como cien; antes eran solo niños, ahora se sumaron padres, abuelos y hasta la clase media, y cocinamos lo que podemos, haciendo rifas o pidiéndo donaciones, pero menos días porque hay muchas más personas y no nos alcanza”.

Esas palabras salieron esta semana de la boca de Marta, encargada del comedor “La esquina”, que la organización social Libres de Sur tiene en Morón, en el centro del conurbano oeste. Ella le reveló a No Ficción que está desbordada: “es muy triste ver cada vez más pobreza, mientras Capital Humano nos pidió que nos inscribamos en una encuesta, pero no mandaron nada, por eso digo que esto es una burla más de este Gobierno”.

El relato de Marta es similar al de cualquiera de las mujeres y hombres que gestionan los comedores del conurbano donde se intenta frenar el hambre. Y da cuenta de las estrategias desplegadas por las organizaciones que de diciembre a esta parte vieron como cada día que pasaba llegaban menos alimentos. Mayormente era poroto, polenta, fideos, yerba, lentejas, leche, harina y, los días de suerte, un poco de aceite. Todas provisiones que el Ministerio de Capital Humano, que maneja Sandra Pettovello, empezó a repartir recién esta semana acorralado por la justicia y las fechas de vencimiento.

Falta de alimentos en comedores: el rol de los municipios

Como correlato de esta historia, los municipios tuvieron que salir a hacer frente a la escalada de hambre que empezó a golpearles la puerta. En La Matanza, el municipio más poblado de la Argentina, informaron a este medio que “se amplió la entrega mensual de ayuda alimentaria e incrementó la cantidad de comedores de 800 a 1.000, un 30 por ciento más, ya que 150 mil familias son asistidas en el distrito”.

Gentileza: Clarín | El Ejército distribuye la comida que el gobierno se negaba a entregar.

Como si fuera poco, la secretaría de Desarrollo Social de La Matanza, a cargo de Mirta Hembert y de su mano derecha, Elisa Pérez, tienen relevado que “entre diciembre y enero la demanda de alimentos en la franja etaria de más de 60 años aumentó un 25% como parte de las consecuencias de las políticas económicas que está tomando el nuevo gobierno y que tienen un impacto directo en la cotidianeidad de las jubiladas y jubilados”. Según palabras del propio Fernando Espinoza: “pasamos de asistir 12 mil abuelos a brindar alimentos para 15 mil personas mayores”.

Los números de la comida y el hambre son impactantes. Por ejemplo, desde el Municipio de Moreno le aseguraron a No Ficción que “hace tiempo el Gobierno Nacional había hecho un acuerdo de 177 millones de pesos con la iglesia evangélica por única vez, mientras que hoy el Municipio se está haciendo cargo de 600 millones de pesos por mes, es decir cuatro veces más que lo que le dieron a la iglesia, y la intendenta Mariel Fernández lo va a seguir haciendo mientras pueda”.

El dato ya lo había advertido la jefa comunal de Moreno hace unos días a Victor Hugo Morales: “esto pone a los municipios en una situación muy complicada, porque no contamos con los recursos suficientes para atender la demanda alimentaria, nosotros la última compra en alimentos fue de 600 millones de pesos, y a esto se le suma la falta de respeto a las mujeres que cuidan y alimentan a su comunidad, porque inspeccionan comedores a los que hace meses no les dan alimentos”.

En el municipio de San Martín, ayer, también dieron cuenta de la compleja situación con el hambre: “en los últimos cinco meses, aumentó un 75 por ciento la cantidad de personas que van a estos espacios en la ciudad, al mismo tiempo que el Estado Nacional retiró por completo la asistencia alimentaria”, por lo que la comuna tuvo que ampliar “de 180 a 220 la cantidad de comedores y merenderos a los que asiste”.

Actualmente, San Martín entrega 138.212 kilos de alimentos por mes a través de la Agencia de Integración de la Política Social. Las cajas incluyen fideos, arroz, yerba, tomate, polenta, lentejas, paleta, carne picada, queso y pollo, entre otros alimentos. Para ello, la inversión municipal en asistencia alimentaria ascendió a $2.765.000.000 en los primeros 5 meses del año, cifra que representa un aumento del 680% respecto del mismo período de 2023.

En paralelo, el Municipio entrega Tarjeta Magnética Recargable a 75 comedores, cuyo monto se incrementó un 300% en los últimos 12 meses. Pero además, continúa entregando 13.000 bolsas alimentarias de emergencia desde la Dirección Municipal de Protección a la Familia y también a través de las iglesias católicas, evangélicas y organizaciones sociales. Como se ve, los distritos empiezan a redireccionar el dinero de otras áreas a la comida, porque saben que el hambre primero les explota a ellos.

Los alimentos retenidos por el gobierno nacional y la trama del reparto

Mientras tanto, el escándalo por la comida retenida en Villa Martelli (Conurbano norte) y en Tafí Viejo (Tucumán) terminó con referentes sociales y hasta funcionarios del ministerio de Capital Humano denunciados, pero principalmente con serias dudas sobre la capacidad de gestión de Pettovello, titular de la cartera que debe paliar el hambre.

Hoy comenzó a repartirse la comida, con la particularidad de que será a través de un convenio con la Fundación religiosa CONIN, que tiene una de sus sedes en el oeste. El objetivo es distribuir 460.000 kilos de leche en polvo que convertidos a litros son alrededor de 4.000.000. Pero lo llamativo es cómo será el reparto.

Según Data Clave, en la Provincia de Buenos Aires irán 1.065 kilos a la Fundación más Humanidad de Tigre, 1.200 kilos al CONIN Tandil, 700 kilos al CONIN Hurlingham, 864 kilos al CONIN Capitán Sarmiento, 844 kilos al CONIN Merlo, 400 kilos al CONIN San Isidro, 400 kilos al CONIN Vicente López y 520 kilos al CONIN José C. Paz. Entonces, del total de los 460.000 kilos de leche en polvo, solo 6 mil van para la provincia más poblada del país.

Si se lo compara con Mendoza, donde CONIN pisa fuerte, la repartija es más generosa: 56.000 kilos al CONIN Centro Modelo Mendoza de Las Heras, 1.440 kilos al CONIN San Rafael, 520 kilos al CONIN Luján de Cuyo y 133.366 kilos al Conin San Martín Mendoza. Para la provincia cuyana van más de 191.000 kilos, es decir, el 41 por ciento del total, cuando la provincia engloba al 4,44 por ciento.

Marta, que ve de cerca cómo la desigualdad y la indiferencia golpea, remarcó algo que se sigue repitiendo: “en definitiva hay mucho clientelismo y esto pasa hace rato, al no ser parte de la misma idea política a nosotros, en Libres del Sur se nos hace más difícil que puedan darnos algo de alimentos”. Cortar con los intermediarios fue solo un eslogan. CONIN toma la posta de la comida, las organizaciones sociales y los comedores son corridos del sistema alimentario. Los municipios envían lo que está a su alcance, atendiendo la urgencia del hambre, pero en detrimento de otras áreas. Mientras sigue el tire y afloje por la comida, crecen las filas en los merenderos y el pedir para comer ya no es solo un problema de la clase baja.

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