Vivir al borde de las vías: el mapa de los asentamientos del Oeste que pueden complicar la traza de los trenes

Desde la década del 90 comenzó a desarrollarse una puja entre los barrios populares y los terrenos ferroviarios que en el peor de los casos desactivaron ramales. La situación actual en las Líneas Belgrano Sur, Sarmiento, Urquiza y San Martín.

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El jueves 26 de agosto más de 100 familias tomaron un predio que pertenece a la Administración de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF), ubicado en las inmediaciones de la Villa 21-24 de la Capital Federal. El escenario es desde entonces de absoluta tensión por el temor a la represión, pero también hay sorpresa por un tipo de ocupación que comúnmente se da del otro lado de la General Paz: el avance de los barrios sobre terrenos del ferrocarril.

El año pasado, durante la ola de tomas de tierras en el conurbano, No Ficción advirtió sobre el caso de las ocupaciones en tiempos de Mauricio Macri que aún hoy bloquean que el tren Belgrano Sur pueda conectar a La Matanza con Valentín Alsina y en algún futuro con Constitución. Allí se da el peor escenario, con casas directamente sobre las vías, pero hay situaciones previas, como el crecimiento de los barrios en las inmediaciones de las Líneas, que obligan a repensar la política habitacional.

Quienes han dado cuenta de esta problemática son los investigadores de Innovación en Asuntos Estratégicos (INNOVAES), una asociación civil sin fines de lucro que promueve políticas públicas estratégicas en materia de desarrollo local y territorial. No Ficción pudo acceder a la cartografía que diseñaron para dar cuenta de las zonas con más asentamientos cerca de las vías.

Por ejemplo, en la Línea Belgrano Sur se destaca que se consolidaron barrios populares en las zonas de estaciones como Villa Madero, Laferrere, González Catán, Villegas y Marinos del Crucero. Estas tres últimas representan una situación a tener en cuenta, ya que los asentamientos se instalaron muy cerca de los terrenos del ferrocarril.

En el caso de la Línea Sarmiento se da una cuestión particular. Según los mapas de INNOVAES, la problemática comienza pasando Merlo y se complejiza aún más en los ramales que conectan con Lobos (en zonas de las estaciones KM 34 y Mariano Acosta) y Moreno-Mercedes (como Paso del Rey y La Reja).

La Línea San Martín presenta este escenario pasando la estación William Morris, en el límite de Hurlingham con San Miguel. Y en paralelo, la Línea Urquiza tiene asentamientos en las inmediaciones de las estaciones La Salle y Lemos.

“El GBA Sur y Oeste encabezan el número de familias que viven en barrios vulnerables”, explicó a este medio el investigador de INNOVAES, Matías Battaglia, quien a su vez aclaró que si bien “la Zona Oeste no tiene algo específico por sobre el resto, el hecho de que algunos municipios prevean un aumento de la población en el corto plazo hace presumir que habrá una presión sobre las trazas existentes. Y, lamentablemente, es muy probable que tengamos más incidentes entre el ferrocarril y los asentamientos“.

Battaglia, que es licenciado en Ciencias Políticas, indicó que “entre 1990 y 2010, el AMBA creció a lo largo y luego entró a una fase que puede definirse como densificación dentro de la mancha urbana existente. Entonces, comienza a haber más presión sobre espacios libres (terrenos ferroviarios, aeropuertos, terrenos militares). Es por eso que surge lo que podríamos llamar la puja o el conflicto ferrocarriles vs. asentamientos”.

Ahora bien, ¿Cuáles fueron las políticas gubernamentales para reordenar el territorio? Para el investigador de INNOVAES, “el crecimiento de los asentamientos es continuo y la reacción de la mayoría de las autoridades políticas –cuando sucede un incidente- es la contención o medidas parche, como por ejemplo negociar con los vecinos para que se muden o construir un muro (para que no avancen sobre las vías) pero nada de fondo“.

Battaglia reconoce “la situación dramática que viven las familias”, pero advierte que “si se prioriza a la vivienda por sobre el ordenamiento territorial o los activos logísticos (como por ejemplo, los ferrocarriles), estaríamos comprometiendo seriamente la calidad de vida de las áreas metropolitanas”. Por eso el especialista concluyó: “si las viviendas se hacen en estos terrenos, tendremos cada vez menos trenes, menos plazas, y esto conllevará a agravar significativamente los problemas de concentración demográfica que ya se experimentan”.

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