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En medio de la corrida cambiaria y su posterior impacto inflacionario, el grupo piquetero liderado por Raúl Castells, el Movimiento Independiente de Jubilados y Pensionados (MIJP), reclamaron por comida en un hipermercado Chango Más de La Matanza.
La cruda situación social deja imágenes que traen recuerdos nítidos de otras épocas. El contexto inflacionario que domina la economía argentina tiene como consecuencias un mayor número de personas que tienen que recurrir a este tipo de protestas para acceder a los alimentos.
VIDEOS | Protestas en un supermercado de #SanJusto, en #LaMatanza: “Queremos comer”
— NoFiccionWeb (@noficcionweb) April 27, 2023
El grupo piquetero liderado por Raúl Castells reclamó por bolsones de comida
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“Tenemos hambre, no hay plata y los precios están por las nubes”, se lo escucha decir al dirigente social Raúl Castells, mientras pedía una bandeja de comida para cada uno de sus compañeros. Este video comenzó a circular este mediodía, cuando la organización social MIJP pidió por alimentos frente al establecimiento que se encuentra en la avenida Rosas, en la localidad de San Justo.
En otro video, los manifestantes dentro de las instalaciones del hiper siguieron reclamando: “Queremos comer”. Esta no es la primera movilización llevada adelante por Castells en el último tiempo, en el que se lo ve alertando sobre el complejo panorama social que atraviesa el país.
El dirigente piquetero había convocado para el día de hoy medidas similares a lo largo y ancho del país. “Cuando el hambre es ley, la rebelión es justicia”, fue el lema adoptado por la organización social. En diálogo con la radio salteña FM Aries, Castells aseguró que la iniciativa “tiene que ver con el descaro de los aumentos de los precios en las grandes cadenas de hipermercados, que se trasladan a autoservicios y almacenes de barrio”.
“La bestialidad del gobierno nacional de haber quitado los alimentos para los comedores escolares donde 3 millones de chicos se alimentan, desayunan o almuerzan”, continuó el líder del MIJP, quien concluyó que esas necesidades se extiende “en los comedores comunitarios y merenderos de barrios que son donde van unos 10 millones de personas más”.
