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Es Navidad. Una chica camina por la vereda de la calle principal de Marcos Paz, a las 8 de la mañana del último 25 de diciembre. Un auto gris se detiene a la par de ella. El conductor y único ocupante le advierte:
-¡Te siguen, te siguen, subite al auto!
La chica mira hacia atrás. Ve a un muchacho de remera blanca que camina a unos 50 metros de distancia. Ella sigue su camino y el auto avanza despacio.
-¡Te están siguiendo, subite!
La chica vuelve a mirar atrás. El chico de remera blanca estaba más cerca.
-¡Se te acerca!
Efectivamente, el muchacho de remera blanca acelera el paso e increpa al conductor:
-¿Qué te pasa, chabón? ¿Qué decís? Yo, flaca, no te estoy siguiendo.
La chica, asustada, decide subirse al auto. El chico de remera blanca continuó su camino. Ella le pide al conductor que la lleve a la casa. El cierre centralizado del auto se activa. El auto acelera. Es el fin de la escena, captada por las cámaras de seguridad, y el inicio de la odisea de la chica.

Según la denuncia, el ocupante del vehículo es Franco Brauton, de 27 años, quien tiene otras dos denuncias en su contra por ataques sexuales, aunque se presume que pudo haber cometido otras diez. En 2018, fue acusado por una chica de 17 años por abuso sexual. En diciembre de 2019, fue acusado de abuso sexual con acceso carnal, por una chica de 22 años. “Las causas duermen en los cajones de la justicia patriarcal”, aseguró Valeria Carreras, abogada que lleva adelante las causas, a No Ficción.
-Falta mucho para ir a tu casa. Yo quiero el after.
Cinco cámaras municipales registraron el trayecto del vehículo hasta la Ruta 40, donde ya no hay cámaras. Siempre según la parte denunciante, la obliga a practicarle sexo oral. Luego, la arrastra hacia un descampado, donde la viola.
Al día siguiente, la chica cuenta lo ocurrido a la hermana. Unos amigos, con la ayuda del Google Maps, encuentran el lugar y un preservativo, que quedó en manos de la policía científica.
El chico de remera blanca, testigo clave
Luego de una búsqueda a través de redes sociales, la madre del muchacho de remera blanca que aparece en el video se comunica con la abogada. El chico es menor y ya declaró ante la justicia. “Esto cambia totalmente las cosas porque la mentalidad de la justicia patriarcal da más valor a la declaración de un hombre que de una víctima. Porque las víctimas son abusadas también por el sistema judicial, que pone el ojo sobre ellas”, apuntó la doctora Carreras.
“Llegaron 10 denuncias más contra Brauton; son 13 en total. Cinco, con causas iniciadas, 2 de las cuales son con identidad reservada. Todas las pruebas las proveen las víctimas, hay obstrucción de justicia. Doce testigos desfilaron ya, todos concordantes con la denuncia. Hay 2 que son mujeres y el fiscal tuvo que interrumpir la testimonial porque estaban incluso relatando otros delitos propios”, relató la abogada y agregó: “Una de las chicas dijo ‘yo zafé’ porque solo la obligó a tener sexo oral y, cuando advirtió que lo estaba haciendo sin preservativo, la hizo bajar del auto”.
Esta última parte es clave –según la letrada- para entender la psiquis del acusado. Las víctimas son chicas muy jóvenes y todos los ataques son mediante el uso de preservativo. El modus operandi que se le atribuye a Franco Brauton es muy similar al que desarrollaba Walter Brauton, su padre, condenado en 2009 a 40 años de prisión, tras haber sido encontrado culpable de 9 violaciones. “Él no puede salirse de lo que hacía el padre”, concluyó Carreras.
El juez estableció que las tres causas iniciadas contra Franco Brauton debían quedar a cargo del Juzgado de Garantías N° 3 de Mercedes. Se trata de la IPP 18409 de 2018; IPP 19872 de 2019; y la IPP 16455 de 2020. La justicia tomó muestras de sangre al acusado, al tiempo que rechazó el pedido de eximición de prisión.
La marcha de los barbijos blancos

Con el fin de visibilizar los hechos y de reclamar mayor celeridad a una justicia que actúa con más lentitud de lo habitual en época de pandemia, un grupo de víctimas, junto a familiares y amigos, realizó una manifestación este jueves por la tarde, en la Plaza central San Martín, de Marcos Paz.
Las víctimas realizaron rondas alrededor del mástil central de la Plaza, inspiradas en el histórico método de reclamo de las Madres de Plaza de Mayo. “Estas chicas, también están luchando solas contra el sistema”, finalizó Carreras.
