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El anuncio de la construcción de un cruce bajo nivel en la intersección de la Avenida Arturo Ilia y las vías del ramal Haedo-Temperley del Ferrocarril Roca, en San Justo, disparó más dudas que certezas entre los pobladores de la zona y aquellos que circulan a diario por allí.
La obra prevista en La Matanza por el gobierno nacional con una inversión de 1500 millones de pesos, consiste en un túnel que promete descongestionar la arteria -que conecta la Avenida General Paz con Camino de Cintura– durante horarios pico en las cercanías del centro comercial de San Justo y la sede de la Universidad Nacional de La Matanza.
Según día y horario, es cierto, la zona se vuelve intransitable aunque el cruce ferroviario -con una baja frecuencia de circulación- no parece ser el principal causante de los embotellamientos. Es por eso que muchos se preguntan el por qué de un túnel para dar respuesta a la situación.
Todo indica que los problemas en la zona responden a varias cuestiones: el sentido de circulación de la calles aledañas, la sincronización de semáforos, la no apertura de pasos a nivel cercanos que desagotarían a los existentes, calles con dimensiones que ya no pueden albergar la gran afluencia que genera la universidad con sus actuales accesos y el descontrol generado por autos estacionados en las aceras.
De acuerdo al proyecto, el paso subterráneo estará ubicado a metros de la intersección de la mencionada Illia con la avenida Juan Domingo Perón, ambas con fuerte presencia comercial, y a dos cuadras de la casa de estudios, con acceso principal sobre la calle Florencio Varela.
Sin planificación
Para evitar los accesos a la universidad, son muchos los automovilistas que desvían hacia Illia para dirigirse sentido a Ciudad de Buenos Aires o Camino de Cintura colapsando la avenida de ambos sentidos que además de ser parte del recorrido de varias líneas de colectivo, cuenta con semáforo con giro en su cruce con Perón.
Florencio Varela no es una salida rápida por varios motivos. El primero es que allí funciona la UNLaM junto al paso a nivel de las vías. La fisonomía vial del lugar es casi idéntica a 1989, año en que se fundó la facultad y apenas concurría un puñado de alumnos.
Pese a contar con varias hectáreas, en la casa de estudios no existe una dársena de ascenso y descenso para los medios que transportan a cientos de estudiantes. Por el contrario, todas las líneas de colectivos deben estacionarse sobre Florencio Varela ocupando más del 30% de la calle a la espera de que suban o bajen sus pasajeros.
A esto se suma que sobre la mano contraria no existe control y se estacionan vehículos angostando aún más el espacio de circulación. Varela, cabe aclarar, es también uno de los principales accesos que comunica los centros comerciales de Ramos Mejía y San Justo, y su cruce con la calle Zapiola, a metros de las vías, aumenta las demoras. Un semáforo recientemente instalado en el cruce de Perón y Mármol parece venir a generar aún más inconvenientes.
Otros pasos a nivel, para descomprimir
No es nuevo el reclamo para que se abra un paso a nivel en la calle La Paz, arteria trasera del predio de la UNLaM, para descomprimir el tránsito. Actualmente en La Paz y las vías hay un cruce peatonal y convertirlo en vehicular sin dudas ayudaría a no colapsar tanto a Varela como a Illia.
Otro aliviador podría ser la apertura de un paso a nivel ferroviario a la altura de Comisionado Indart.
¿Mejorará estos problemas la obra anunciada? Todo indica que hay varios puntos con años de atraso a resolver previo a la construcción de un túnel, pero el conjunto de medidas debe abordarse de manera coordinada, involucrando a varios actores: gobierno municipal y nacional, la empresa Trenes Argentinos Operaciones y autoridades de la Universidad de La Matanza.
