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Martín Sabbatella, presidente de ACUMAR (Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo), sufrió en los últimos días un nuevo revés judicial. La Cámara Federal de Casación dejó firme una condena de seis meses de prisión en suspenso presuntamente por haber perjudicado al Grupo Clarín cuando era presidente de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA).
Sobre el asunto, Sabbatella adelantó que apelará el fallo en la Corte Suprema de Justicia de la Nación. «Estuvimos hablando con mis abogados Graciana Peñafort y Alejandro Rúa, para que haya alguien que ponga cordura a semejante disparate. Es una denuncia hecha por (Héctor) Magnetto, que instruyó (Claudio) Bonadío, que puso la primera sentencia (Ariel) Lijo y ratificada por el señor que iba a jugar el paddle con (Mauricio) Macri a la Quinta de Olivos (Mariano Borinsky)», apuntó el ex intendente de Morón, en el programa radial Nenes de Antes (FM La Tribu).
Sabbatella aseguró: «Me condena Magnetto, a través del sistema judicial que tienen colonizado los grupos económicos concentrados de la Argentina. Es parte de los sótanos oscuros de la democracia que el presidente explicó que existían y que debían echar luz».
«Es un disparate jurídico que la única explicación que tiene es política. Igual, lo mío es muy menor al lado de lo que sufren otros y otras como Milagro Sala, y ni hablar de quien sufrió la mayor persecución, que es Cristina (Fernández)», comparó.
Sobre el caso en disputa, Sabbatella recordó que una vez sancionada la Ley de Medios, «el Grupo Clarín buscó siempre dilatar para no cumplir la ley». Para el funcionario, «lo que logra el poder económico colonizando la justicia es frenar los avances democratizadores de los gobiernos populares (…) Lo que no pueden ganar en las urnas lo ganan en una medida cautelar o la utilizan para perseguir o estigmatizar a los líderes de los movimientos populares».
«No hay duda del daño que le hace la concentración mediática a la democracia. En ese sentido, la Ley era positiva, pero no hay duda que tenés un problema con el sistema judicial colonizado (…) Había que también desarmar esas tramas oscuras y cuasi mafiosas de sostenimiento de sus privilegios, que más allá de la Ley, tenía que ver en cómo funciona el sistema judicial. Ahí, tenés un problema indiscutido porque ese sistema judicial te ataba las manos», evaluó.
Sabbatella destacó el resultado positivo de la Ley. «Emergieron distintas herramientas comunicacionales, de pueblos originarios, escuelas, cooperativas, universidades y que son fruto de esa Ley. Otra cosa muy importante que es la batalla cultural en que gran parte de argentinos y argentinas le ponemos un signo de pregunta a lo que escuchamos y vemos».