La Matanza: pese al congelamiento, los alquileres aumentaron el triple que la inflación durante la pandemia

El dato se desprende de un informe realizado por el sitio inmobiliario Zonaprop.

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El Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) presidencial 320/2020 congeló los precios de los alquileres al 1 de marzo. El Gobierno Nacional entendió que los ingresos de los inquilinos pudieron verse severamente afectados por la crisis sanitaria y estableció el congelamiento, así como también la prohibición de desalojos y la automatización de las prórrogas contractuales. Sin embargo, los valores continúan en alza.

Según el sitio especializado Zonaprop, en el Conurbano Bonaerense el valor promedio de un departamento de dos ambientes es de $ 15.563 y de un tres ambientes, de $ 17.660. Estos valores están un 14 por ciento por encima de los precios de marzo.

Los valores reflejados por Zonaprop corresponden al período 1 de marzo – 1 de julio. En paralelo, la inflación de los mismos 4 meses para el Gran Buenos Aires fue del 8,7%. Así las cosas, no solamente hay aumentos por fuera de la ley, sino que además casi duplican a la inflación.

Los aumentos en el Oeste

En La Matanza, el promedio del valor de un departamento de dos ambientes es de $ 15.353 pesos por mes; un 23% más caro que al inicio de la pandemia ($ 12.459). El porcentaje casi triplica a la inflación. La Matanza es el municipio con mayor rango de precio. El mismo departamento de dos ambientes se paga $ 16.214 en Ramos Mejía y $ 10.581 en Laferrere.

Tres de Febrero es el distrito del Oeste más caro, en materia de alquileres. El valor promedio de un dos ambientes se ubica en $ 16.878 pesos por mes. Esto significa un aumento del 14% con respecto al valor de marzo ($ 14.801). En ese municipio, el barrio más caro es Sáenz Peña: $ 21.973 pesos por mes; una suba del 30% en comparación con marzo ($ 16.855).

San Martín tiene precios similares a Tres de Febrero. El alquiler de un dos ambientes cuesta en promedio $ 16.149, un 11,5% más caro que en marzo ($ 14.484).

El promedio de un dos ambientes en Morón se ubica en $ 16.126 pesos por mes; un 10% más caro que en marzo ($ 14.638).

Por debajo del precio promedio se encuentran: San Antonio de Padua, con un valor de $ 12.335 pesos por mes, en Merlo; Paso del Rey, con $ 11.517, en Moreno; y el citado Gregorio de Laferrere, que tiene también la particularidad de otorgar la mayor rentabilidad, en la relación inversión – ganancia. Siempre según Zonaprop, la rentabilidad en Laferrere es del 6,1%, mientras que el promedio del Oeste se ubica por debajo del 2%.

Los motivos de los aumentos

Desde el sector inmobiliario, acusan a la Ley de Alquileres, promulgada en junio último. Según esta teoría, la nueva Ley coloca en una situación de riesgo y vulnerabilidad al propietario, por lo cual los precios suben conforme al riesgo.

Por su parte, el presidente de la Federación de Inquilinos Nacional, Gervasio Muñóz, advierte: “El mercado inmobiliario intenta boicotear la Ley y le dice a los inquilinos y a los propietarios que es mala para ellos, pero es todo lo contrario: es beneficiosa para ambas partes. Solamente, se ven perjudicadas las inmobiliarias porque queda en evidencia que son una carga innecesaria”.

Si bien Muñóz alerta sobre la avanzada del mercado inmobiliario, entiende también que “el problema mayor no es ese, sino que los gobiernos provinciales, municipales y nacionales no solo tienen intereses en el mercado inmobiliario, sino que además piensan como el mercado inmobiliario”, lo cual “explica que no haya habido ni una sola campaña sobre una ley inédita en Argentina”.

El 30 de septiembre se termina la vigencia del DNU presidencial y la incertidumbre acapara la escena. “Lo veo muy grave en términos sociales, con los inquilinos muy endeudados, con grandes pérdidas de ingresos que no van a poder recuperar a corto plazo”. Así las cosas, “mientras no haya respuesta del Ministerio de Hábitat, estamos muy complicados; uno trata de entender que la situación es compleja, pero si no hay una actitud responsable del Ministerio, es muy difícil sostener esto”. Con todo, Muñóz concluye: “Si no se extiende el decreto, esto es una bomba de tiempo”.

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