Lamanna: «Los industriales somos personas de fe, creemos en nosotros y tenemos esperanzas en la sociedad»

En el marco de la celebración del 71 aniversario de la Cámara de Industria y Comercio de La Matanza, su presidente abordó la importancia de pertenecer a la institución.

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Cuando se fundó la Cámara de Industria y Comercio de La Matanza (CICM), su presidente, Francisco Lamanna, atravesaba sus primeros meses de vida. Este lunes, la institución celebró el 71 aniversario y su titular, que se caracteriza por ser un empresario resiliente a las adversidades, dialogó con No Ficción sobre el presente del sector y los desafíos por delante.

Del encuentro, realizado en la sede de la CICM en la localidad de San Justo, participaron referentes del empresariado local y disertó el economista Damián Di Pace. El evento también contó con la presencia de la secretaria de Producción de La Matanza, Débora Giorgi.

“La Cámara fue creada por el Rotary el 5 de mayo de 1953, para ponerle sobre la mesa a las autoridades municipales lo que la industria necesitaba para poder crecer, porque este era el primer cordón industrial que se estaba armando para la ciudad de Buenos Aires”, resumió Lamanna, quien añadió: “Se necesitaba más electricidad, caminos, acceso al agua y gas, entre otras cosas”. 

Lamanna está vinculado a la Cámara desde la década del 80, cuando otra institución que integraba se fusionó con la CICM. «Con el tiempo me tocó ser presidente varias veces, fui funcionario municipal con Alberto Balestrini, y sigo transitando esta actividad gremial de empresarios”, analizó el dueño de Lamanna Acrílicos, quien se crió a pocas cuadras de la sede de la CICM, situada en Entre Ríos al 3000, cuando la zona aún era rural. 

“En este tiempo hubo muchos puntos de inflexión, aunque yo prefiero hablar de lo que vamos a hacer para adelante», continuó Lamanna, quien destacó ciertos hitos de la institución como la construcción del edificio donde funciona y la adquisición de un predio de 2.500 metros, en las inmediaciones de la Universidad Nacional de La Matanza, donde está pendiente un megaproyecto que por cuestiones económicas y las vicisitudes del país, quedó postergado.

El dirigente empresarial adelantó que por estos días, la Cámara renovó su estatuto “para poder sumar herramientas que eran necesarias para mantenerse actualizada y dar el mejor servicio a nuestros socios y a la comunidad de La Matanza”.

Ser parte de una Cámara es anticiparse a los hechos. El que la transita tiene los datos del día y de lo que va a venir, porque la industria requiere de anticipación. Para hacer un proyecto, para vender un producto, primero tenemos que entender que va a tener demanda; y si no tiene, producirla porque tenemos confianza en lo que estamos haciendo”, expresó Lamanna, y detalló: “Los industriales somos personas de fe, creemos en nosotros y tenemos esperanzas en la sociedad que nos rodea, y en la capacidad de dar vuelta la situación”.

Entre otras cuestiones, el empresario advirtió que la especialización es clave. “Hay que estar atento y saber hacer los cambios a tiempo, para poder enfrentar lo que se viene. Para los que transitamos la Cámara, lo que pasa ahora no nos sorprendió. Nos preocupa porque no sabemos cuál es el final, no vemos la orilla, independientemente de la política o del gobierno que esté, nos pasó lo mismo con todos”, describió, al tiempo que concluyó: “Para nosotros no hay un color político que nos defienda. Hay políticas que en determinado momento son favorables y nos llevan al crecimiento a todos. Y hay otras que son desfavorables en un sentido, pero favorables en otro. Hay que tener la cabeza abierta para poder hacer los cambios justos en el momento oportuno y tener la previsión para poder hacerlo con recursos. Adaptarse. No sobrevive el más inteligente, sino el que más se adapta”. 

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