El Padre Mario, a un paso de convertirse en Santo: anuncian la apertura del proceso de canonización

En la Obra, ubicada en González Catán, aseguran tener "más de 10 volúmenes de documentos y testimonios que ponen en evidencia su fama de santidad y demuestran que ha llevado una vida ejemplar, dedicada a Dios y de ayuda a la comunidad".

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El Arzobispo de Buenos Aires, Mario Aurelio Poli, anunció hoy la apertura de la etapa diocesana en la Causa de Canonización del Padre Mario Pantaleo, con lo que se da formalmente inicio a este proceso a 29 años de su fallecimiento. La información fue difundida desde la Obra que el Padre fundó en González Catán, en La Matanza.

De esta forma se dio inicio a la «causa» a través del «decreto correspondiente» que nombra «al Tribunal que se encargará de las actuaciones y da comienzo formal a la causa de canonización«, precisó a través de un comunicado la Obra del Padre Mario, una organización que sigue con las acciones sociales que en vida comenzó el sacerdote.

Se trata de en concreto del proceso que declara como santa a una persona fallecida y que comprende su inclusión de en el canon, la lista de santos reconocidos.

El objetivo de esta etapa de la causa es establecer «si el Siervo de Dios vivió las virtudes cristianas en grado heroico y su fama de santidad«, señaló la organización y precisó que en septiembre de 2020, «la Congregación para las Causas de los Santos, con sede en el Vaticano, declaró el Níhil Óbstat, es decir que no encuentra obstáculos, para dar apertura a la Causa de Canonización del Siervo de Dios José Mario Pantaleo«.

La postulación fue realizada por el Padre Daniel Medina, en representación de la Asociación Privada de Fieles Presbítero José Mario Pantaleo. La asociación fue formada para tal fin y cuenta con el apoyo de distintos grupos de seguidores de la obra del sacerdote que durante varios años, recopilaron «más de 10 volúmenes de documentos y testimonios que ponen en evidencia su fama de santidad y demuestran que ha llevado una vida ejemplar, dedicada a Dios y de ayuda a la comunidad«, agregó el comunicado.

«Es un acontecimiento histórico y de mucha alegría para los miles y miles de personas que hacen parte de la comunidad que soñó el Padre Mario. Los colaboradores, seguidores, alumnos, beneficiarios, donantes, trabajadores, todos los que confiamos en el Padre Mario y su Obra estamos felices», apuntó el documento.

La historia del Padre Mario

Giuseppe Mario Pantaleo nació en Pistoia, Italia, el 1 de agosto de 1915 y con nueve años llegó a la Argentina junto a su familia que escapaba de las necesidades de la primera posguerra y se instalaron en Córdoba donde vivieron hasta 1931, cuando la familia regresó a su tierra natal.

Un año más tarde, el joven Pantaleo ingresa al seminario Diocesano de Arezzo y continua sus estudios en otras regiones italianas y finalmente fue ordenado sacerdote en Matera, para luego oficiar su primera misa en Pomarico, donde estaba radicada su familia, en 1944.

En 1948 Pantaleo regresa definitivamente a Argentina, en primer lugar designado a la Iglesia de San Pedro, en Casilda, provincia de Santa Fe, luego a a la Parroquia Nuestra Señora de la Guardia de Rosario.

Tras diez años de misión sacerdotal en Santa Fe, pidió su traslado a Buenos Aires, donde fue designado capellán del Hospital Ferroviario y del Hospital Santojanni, y la Parroquia del Pilar. A fines de los años ’60 se instaló en González Catán, en el conurbado bonaerense. Allí, junto a colaboradores y amigos, inició la construcción de una iglesia y una obra de ayuda social para la comunidad del barrio que en ese entonces se llamó la «Obra Cristo Caminante» para luego ser conocida como la «Obra del Padre Mario».

Desde entonces «las manos del Padre Mario» se volvieron famosas por llevarle la cura a hombres, mujeres, ancianos o chicos que por miles desfilaron ante él en busca de auxilio, con la salud quebrada y sin esperanzas.

Según la página oficial de la fundación, «ahora se multiplican los testimonios de personas que cuentan haber sorteado obstáculos en apariencia insalvables gracias a sus oraciones a Pantaleo. Son moneda corriente los relatos sobre situaciones en los que la medicina quedó sin capacidad de respuesta frente a curaciones providenciales».

Y entre varios casos, destacan el de «un chico que nació con una cardiopatía severa, de tal magnitud que en un momento los médicos lo desahuciaron. Sobrevivió, pero con pésima calidad de vida. Un buen día, los padres no se tardaron más y viajaron hasta la Fundación de González Catán, para rezar en familia en el lugar donde descansan los restos del Padre Mario».

El relato de la familia es contundente: «cuando entramos al mausoleo, lo senté a Dieguito sobre el mármol y él enseguida se acostó. Era como si estuviese en su casa. Le hablaba al Padre como si fuese un amigo más y le pedía por su manito, por su piernita y por su ojo”, rememora el matrimonio de Diego y Graciela de Zagnoli.

“Aunque nunca les hablé del Padre Mario, los médicos de la Fundación Favaloro piensan que fue un milagro”, confiesa el papá en Sanaciones desde el Cielo, un libro sobre aspectos de la vida y la personalidad de Mario Pantaleo.

El padre Mario Pantaleo murió el 19 de agosto de 1992, en la ciudad de Buenos Aires. Miles de personas acudieron a la capilla ardiente y acompañaron el cortejo a su primer destino en el Cementerio de la Recoleta. Al año siguiente, sus restos fueron trasladados a Obra de González Catán.

La Capilla Cristo Caminante y el Mausoleo donde descansan sus restos, son visitados para pedir su intercesión, por innumerables personas de todo el país y de otros países.

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