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Familiares de personas con discapacidad de Pontevedra y 20 de Junio impulsan la creación de un centro de acompañamiento integral para chicos de ambas localidades de los partidos de Merlo y La Matanza. Organizados bajo el nombre de Todos Somos Uno (T2S1), buscan un espacio que cuente con estimulación temprana, psicomotricidad y musicoterapia, entre otras prácticas.
Marta Bongiorno, docente de 20 de Junio y mamá de una nena con discapacidad, es la impulsora de la iniciativa. En diálogo con No Ficción explicó: “el proyecto surgió hace cuatro años cuando nació mi hija, Maitena, que tienen síndrome de Down. No sabíamos nada de lo que significa peregrinar de un hospital a otro, o lidiar con las obras sociales. Y así conocimos familias de Pontevedra y 20 de Junio, y armamos el proyecto. Solo en mi cuadra hay 3 chicos con discapacidad”.
Si bien las dos localidades pertenecen a distintos municipios, Pontevedra y 20 de Junio limitan y se vinculan por ser zonas rurales y de casaquintas. Por eso, según Bongiorno, con un centro ubicado en alguna de ellas se podría dar atención a los chicos de los dos barrios. “Hubo un proyecto en el Hospital Materno Infantil de Pontevedra, donde el director (Edgardo Dozoretz) en octubre del 2019 había anunciado por redes sociales la creación de un centro para niños con discapacidad, que sería de referencia. Pero con la pandemia todo quedó en la nada. Y desde el Concejo Deliberante de Merlo nos dijeron que el proyecto ya no estaba en los planes“, se lamentó la mujer.
A raíz de esta situación, los integrantes de T2S1 se encuentran juntando firmas en la Plaza de Pontevedra para luego enviar una carta al intendente de Merlo (Gustavo Menéndez) y al director del Hospital. “La idea es tener un centro a través de la municipalidad. Hay muchas necesidades en la zona, tanto en lo médico como en lo social. Tener que viajar al centro de Merlo, Morón o La Matanza para atendernos es muy traumático, los chicos se estresan, se angustian”, explicó Bongiorno.
Además, desde T2S1 advirtieron que en 20 de junio no existe una escuela pública de educación especial. Según Bongiorno, “hay familias que no tienen diagnóstico aún, y como no hay escuelas especiales, muchos de los chicos terminan en la educación común y sufren muchísimo. No hay profesionales específicos para atender la discapacidad. Es injusto que no haya nada en esta zona. 20 de junio, al ser una zona rural, se podría trabajar con equinoterapia. Es otro sueño que tenemos”.
