El fiscal del Caso Gorosito está conforme con el fallo y lamentó que el crimen siga impune

Para el fiscal Antonio Ferreras es un "escándalo" que los cinco policías condenados permanezcan prófugos.

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“Tengo una mirada bastante positiva del fallo porque no hay que perder la perspectiva de cómo se dio el andamiaje de esta investigación”, expresó el fiscal de juicio Antonio Ferreras, al analizar en No Ficción Radio la sentencia del tribunal Oral en lo Criminal 5 de Morón que condenó a cinco policías por torturas pero absolvió a los siete sospechosos por el crimen de Fabián Gorosito, de 22 años. El funcionario judicial aclaró que el caso tuvo “un primer juicio en 2013 que fue un punto de inflexión porque a nuestro entender consagró la impunidad y afectó de manera definitiva algunas fuentes de pruebas”.

“Logramos llegar a este segundo juicio ocho años después de los hechos y pudimos acusar a siete, de los doce imputados. Desistimos de acusar a cinco porque entendimos que no había pruebas”, comentó el fiscal. Aquel primer juicio que absolvió a todos los acusados fue anulado por el tribunal de Casación bonaerense que resolvió hacer el debate oral nuevamente. No hizo falta recusar a los jueces ni dar inicio a un proceso para expulsarlos de la justicia porque todos se jubilaron.

Finalmente, el jueves pasado los jueces Marcos Lisa, Agustín Gossn y Carlos Torti condenaron a los policías Adrián Agustín Giménez (doce años de prisión), Marcelo Di Pierro (diez años), Pablo Luis Nieva (nueve años), Hernán Horacio Oviedo (ocho años) y Gonzalo Cuelli (cinco años) por privación ilegítima de la libertad agravada y apremios ilegales contra Gabriel Silva y los hermanos José y Daniel Mancini, quienes a su vez fueron testigos clave en este juicio. “Logramos recrear gran parte de esta trama siniestra y hemos logrado condenas. Desandamos lo que había ocurrido en la comisaría y en la localidad de Mariano Acosta entre la madrugada del 12 y el 15 de agosto de 2010 cuando apareció el cuerpo de Gorosito en un descampado a un kilómetro de la comisaría”, explicó el fiscal.

María Teresa Viera, la madre de Gorosito

“Desandamos también el supuesto robo de dos armas de dos efectivos de esa comisaría y una especie de patriada que quiso jugar el oficial Giménez, el principal imputado, para resolver las cosas a su manera. No le pidió intervención a ningún fiscal ni juez de garantías y armó una verdadera patota como si fueran las épocas más oscuras de nuestro país. A cara tapada y utilizando diferentes autos, abordaron a los hermanos Mancini, a Silva y a una chica. Primero los interceptaron en la calle y después irrumpieron ilegalmente en sus casas”, reconstruyó Ferreras.

En total, las víctimas estuvieron siete días detenidas arbitrariamente. En el debate oral se estableció que los efectivos intentaron “blanquear la detención” achacándoles una contravención. Los investigadores precisaron que se demoraron en liberarlos para que no quedaran vestigios de las torturas en sus cuerpos. Sin embargo, los peritos que analizaron las secuelas psicológicas de las vejaciones fueron concluyentes.

“Los policías les preguntaron insistentemente por el paradero de Gorosito. Para nosotros hay vasos comunicantes entre estas detenciones arbitrarias y el crimen. Como Ministerio Público abrigamos la convicción de que son los mismos autores de toda la saga, pero en un juicio democrático y con todas las garantías eso no alcanza, teníamos que acusar con pruebas y en el camino entre el primer juicio y el segundo, se cayeron”, continuó el fiscal.

Una de las principales diferencias respecto al primer juicio, es que los imputados llegaron a este segundo debate en libertad y en funciones. “Por eso, al momento de los alegatos le pedimos al tribunal la detención inmediata de los imputados por las altas penas que tenían por delante. Si eran condenados había un peligro de fuga concreto”, explicó el funcionario judicial, quien se lamentó: “El tribunal resolvió tratar este punto en la lectura del fallo. Pero ninguno de los sospechosos estuvo presente en la sentencia. Inmediatamente después se hicieron los allanamientos y no fueron encontrados. Los jueces libraron las órdenes de captura nacional e internacional. Si se fugaran y no llegaran a ser detenidos, ciertamente sería un escándalo”.

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