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Federico Rivero tenía 45 años cuando paró en el kiosco y esperó en el auto a su esposa, Andrea Caballero, quien bajó a comprar una gaseosa, en Merlo. En ese momento, Rivero fue sorprendido por dos ladrones que intentaron llevarse el vehículo. Rivero se resistió y fue ejecutado. Un año y medio más tarde, Andrea denuncia que recibe amenazas desde la cárcel.
“Toy en cana por robo capital, eso giles bardiaron en mi casa, ahora k la banke, Yo no maté a nadie, yo se donde viven, todo”, se pudo ver en una imagen que recibió la familia desde un teléfono celular, de parte un individuo sentado en una silla dentro de una celda de un penal bonaerense.
“El detenido se llama Nicolás Herrera y lo detuvo la policía en medio de un robo. Ahora, está preso en un centro de detención y desde ahí provino el mensaje a la familia Rivero”, dijo el abogado Hugo López Carribero, que representa a la viuda, constituida como particular damnificada.
Por último, el letrado pidió que “se investigue desde dónde vino el mensaje mafioso y que se proteja a la familia Rivero porque ya es mucho lo que sufren por la gran pérdida de un ser querido”.
Andrea dijo a Télam que espera que el hecho sea investigado y pidió seguridad para el resto de su familia ante el “terror” de vivir en el mismo barrio de los familiares de uno de los detenidos en el caso.
La mujer recordó que tras el crimen de su marido los vecinos de barrio fueron a la casa de un joven, al que lo prendieron fuego porque lo involucraban con el homicidio de su marido, y que luego de reponerse tras estar internado en varios hospitales se dio a la fuga.
“Nosotros no participamos en el tema cuando lo arrojaron al fuego los vecinos. No sabíamos nada de eso y siempre repudiamos ese accionar. Pero parece que está todo ligado y están asustando porque se viene el juicio oral para los detenidos por matar a mi marido”, recordó.
Caballero sostuvo que seguirán “reclamando justicia por Federico” hasta que los imputados sean “condenados a prisión perpetua”, acotó la mujer.
La denuncia por amenazas fue realizada por Andrea en la Comisaría 4ta de Merlo, la que luego fue enviada a la sede judicial a cargo de la investigación del asesinato del colectivero Rivero. El Tribunal Oral Criminal (TOC) 5 de Morón juzgará a los dos acusados de haber asesinado de un balazo a un colectivero Rivero.
Por el crimen de Rivero, quien trabajaba como colectivero de la línea 312, fueron detenidos con prisión preventiva Jonathan Acosta (27), alías «Jony», y Sergio Ariel Armoa (37).
Rivero murió en el hospital Eva Perón. Sufrió tres paros cardíacos cuando era intervenido y murió debido a que el proyectil que lo impactó le ingresó por la axila, a la altura del hombro derecho, y le afectó los pulmones y el corazón.