A cuatro años de la muerte de Sergio Jasi, la causa sigue sin avances

Tras un brote psicótico, el joven de 30 años había sido detenido por la policía y lo llevaron muerto al hospital.

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A cuatro años de la muerte de Sergio Jasi, ocurrida en la localidad de Loma Hermosa, la causa, en la que la familia acusa a policías como responsables, continúa sin avances importantes.

El hecho ocurrió el 26 de abril de 2019 cuando el hombre de 30 años ingresó al patio de una vivienda de esa localidad, en medio de un brote psicótico, por lo que una vecina llamó a la Policía. El joven fue arrestado y se lo llevaron a la Comisaría 11 de Tres de Febrero. Luego llegó muerto al Hospital Bocalandro.

Según la familia de Jasi, los uniformados lo habrían golpeado de tal forma que debió ser trasladado al nosocomio donde finalmente llegó sin sin vida. La versión policial, en tanto, asegura que el joven fue linchado por los propios vecinos.

El caso fue caratulado en primer lugar como “robo agravado con escalamiento”, y después como “averiguación causal de muerte”. El caso es instruido por la fiscal María Alejandra Burges, de la Unidad Funcional de Instrucción 1, del Departamento Judicial San Martín.

En los últimos días, la causa sufrió una paralización por el pedido de intervención como Amicus Curiae de la Subsecretaría de Derechos Humanos bonaerense, trámite que fue rechazado.

Según indicó la abogada de la familia, Lucía Creimer, la fiscal no contestó los “mensajes privados del patrocinio sobre los últimos avances de la causa, por lo que se le enviará un escrito”.

Hasta el momento, todos los vecinos que declararon sostuvieron que Jasi no estaba golpeado cuando se lo llevó la policía, que tuvo un brote psicótico y que no lastimó a nadie.

“La fiscal hace grandes esfuerzos para archivar la causa”

De acuerdo con la médica legista y perita Virginia Créimer, quien asesora a Laura, la viuda de Sergio y se especializa en violencia institucional, “Jasi tenía consumos problemáticos porque de niño había sufrido terribles abusos que no podía superar”.

En la mañana fatídica, según explicó en un una columna para La Izquierda Diario, “Sergio tuvo un cuadro de pánico y comenzó a meterse en las casas de sus vecinos de Tres de Febrero, para los cuales había trabajado y a los cuales había acompañado en situaciones desfavorables. Lloraba y gritaba que lo venían a buscar, se escondía en rincones, hasta que se encerró en un baño de una de las casas del barrio. Estaba aterrorizado”.

“No había lastimado a nadie, pero los vecinos en lugar de llamar a una ambulancia llamaron a la Bonaerense. Y la Bonaerense, en lugar de respetar los protocolos de actuación frente a personas con trastornos mentales, lo sacó a los golpes y arrastró hasta la caja del patrullero. No les importó siquiera apretarle los pies al cerrar la puerta. Hay videos que muestran cómo golpeaban a Sergio en el camino, esposado e indefenso, hasta que finalmente llegó muerto al hospital”, sostuvo.

“La autopsia la hizo un médico de Policía, el doctor Legrand, que a pesar de las múltiples lesiones que existían en el cuerpo de Sergio no lo correlacionó con las medidas de aprehensión. Tampoco respetó la Resolución 1390, tampoco aplicó el Protocolo de Minnesota. La fiscal de San Martín María Alejandra Burges hace grandes esfuerzos por archivar la causa y es Laura, la viuda, la que batalla contra el sistema para que haya justicia”, relató.

Créimer concluyo que “muchos policías bonaerenses, un mismo modus operandi, un hombre vulnerable, un médico autopsiante cómplice, una justicia que obstruye. Un fiscal general que perteneció a las fuerzas de seguridad bonaerenses, que desliza que hubo violencia institucional pero que lo van a tener que probar”.

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