Dos hermanas de entre 80 y 90 años sufrieron un violento asalto a mano de tres delincuentes que mediante una ardid lograron ingresar a su casa de la localidad de Villa Luzuriaga, en el partido de La Matanza.
Todo se inició alrededor de las 16:30 del sábado último en Castellanos al 3.200 cuando un joven tocó a la puerta de la vivienda de las hermanas Eva, de 89 años, y Marta, de 82, para pedir agua.
Al desconocido lo atendió Marta, quien le brindó una botella con agua. Por testimonios posteriores, se pudo determinar que el joven integraba un grupo que recorría las cuadras del barrio buscando oportunidades para cometer asaltos tipo «entradera».
Con un ojo en compota por haber recibido un golpe de parte de uno de los asaltantes, este lunes, Marta expresó con una leve sonrisa: «Estoy mal por haber sido estúpida y haberle dado agua».
Pocos minutos más tarde, otro joven volvió a tocar la puerta y cuando Eva abrió, fue abordada por otros dos cómplices que ya habían saltado la reja y se apostaron en el jardín.
Villa Luzuriaga: Delincuentes saltan las rejas de una casa y se esconden, esperando a que su cómplice toque el timbre. Dentro de la vivienda se encontraban Marta y su hermana Eva. Una de ellas atendió y fue atacada por los ladrones. pic.twitter.com/j89YbWgvz5
— Jenny Di Serio (@jennydiserio) July 24, 2023
«Entraron empujando a mi hermana. Yo estaba haciendo la cama,. Nos tiraron a las dos en el suelo. Pidieron dólares y joyas», contó Eva ante periodistas, mientras aseguró que no conocía los famosos billetes verdes.
«Si buscan plata ahí tiene 30 mil pesos», les dijo Eva sobre la plata que acababa de traer su hermana del cajero.
Los delincuentes no se conformaron con el botín y empezaron a revolver armarios y hasta los cajones de los cubiertos.
«Les dije que capaz que había algo más de plata en una mesita de luz, pero no mucho más. Me tenían del cuello apretada, le tiré una trompada y no pude al que me agarraba. Lo terminé mordiendo. Dos tipos nos tenían y uno revolvía todo. El que revolvía le dijo al otro ´pegale una trompada a esa’. Me pegó y me dejó un ojo en compota», contó.
Finalmente los delincuentes escaparon con el botíun y las hermanas fueron asistidas por vecinos.
«Hace 60 años que llegué desde Comodoro Rivadavia. Eran calles de tierra y no había nada. Nunca nos pasó algo igual. Pero tenemos vecinos de oro que nos cuidan y estuvieron con nosotras ayer (domingo). Igual no pude dormir. Eran muy violentos estos tipos y le pegaron a mi hermana», expresó Marta por su parte.