Roban una parroquia de Moreno y se llevan la comida de un mes para los chicos de un barrio

El robo ocurrió cuando todas las acciones de los colaboradores del templo están dirigidas a contener el hambre en la cuarentena. La policía nunca fue a ver qué había pasado y los damnificados apuntan a narcos de la zona.

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Un grupo de delincuentes saqueó, en la madrugada del martes, la Parroquia María Madre de Dios, llevándose todos los alimentos destinados a cientos de personas en situación de calle y de alta vulnerabilidad social del barrio Lomas, en Moreno. A pesar de haber llamado a la policía, ningún patrullero se acercó al lugar. Apuntan a narcos que operan en la zona.

La parroquia, situada en Camoatí 2460, es el epicentro del desarrollo de varias actividades sociales que van desde una guardería doble turno hasta la escolarización primaria y secundaria de los vecinos, pero en tiempos de pandemia todas las acciones están dirigidas a fortalecer la alimentación de quienes viven en los alrededores, que en su gran mayoría dependen de changas para subsistir.

De lunes a viernes, la sede se convierte en merendero para unas 100 personas y los sábados y domingos se ofrecen más de 180 platos de almuerzo por día. “Estábamos tratando de sumar a unos 100 vecinos que todos los fines de semana se quedan en lista de espera y de agregar un almuerzo más entre semana, pero esto nos hizo retroceder”, cuenta a No Ficción el párroco Claudio Gutiérrez, quien agrega: “Esto nos afectó muchísimo. Al principio me revolvió bastante el estómago, pero ya sabemos quiénes fueron”.

Los colaboradores de la parroquia, antes del robo.

“Nos robaron todo. Para nosotros representa una fortuna en mercadería. Rompieron la puerta, que ahora hay que arreglarla, el freezer. Primero, me dio mucha bronca, pero después pensé que los que hicieron esto fue para vender lo robado para la droga. Estos sinvergüenzas que le vendieron la droga sabían que la habían robado acá a la mercadería, porque yo sé quién fue el cerebro de todo esto”, insiste el hombre de la Iglesia que reconoce que “estos muchachos que robaron también son víctimas, están enfermos y vienen arrastrando esta enfermedad que va contaminando a todo el mundo de alguna forma”.

“Rompieron la puerta del templo, entraron a la cocina, destrozaron candados, se llevaron carne, quesos, fideos, arroz, tomates en botellas, frutas, papas, cebollas, aceite, todo lo que habíamos comprado para cocinar en un mes”, enumera Irene Medina, una de las colaboradoras del templo, que se lamenta de lo ocurrido: “Más allá de las pérdidas, el sentimiento que nos invade es de profunda tristeza ya que lo sucedido impacta claramente en los que menos tienen”.

El comedor comenzó a funcionar en 2002 y recibe parte de su financiamiento a través del Programa de la Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) que subsidia más de la mitad de las raciones de comida. La mujer subraya que el próximo viernes 1° de mayo se realizará “un locro para recaudar fondos para el arreglo de las cosas que rompieron. Tenemos la necesidad imperiosa de colocar un portón para estar un poco más resguardados”, resume.

Las fuentes señalaron que si bien las víctimas llamaron a la policía, ningún agente se acercó a la parroquia para interiorizarse de lo que había pasado. Desde el Municipio de Moreno, tampoco.

Por su parte, el Padre Claudio describe: “Cuando empezamos la misión sabía que no veníamos a trabajar en contra de los narcotraficantes, porque a veces ponerse en contra de ellos es ganarse un enemigo invisible. Que ellos hagan su trabajo, yo hago el mío. Yo no los jorobo, ustedes no me joroben. No soy policía para denunciar a nadie”.

Las cocineras cuando tenían los alimentos para preparar las viandas.

De todas formas, el cura reconoce que la parroquia había comenzado a desarrollar talleres de idiomas, música y teatro, en donde se buscaba darle una salida a través de psicoterapeutas a las chicas y chicos que tienen un consumo problemático de estupefacientes.

Como si a través de No Ficción le hablara a los narcos, el Padre Claudio analiza: “Sean conscientes de que cuando nosotros recuperamos a uno, ustedes ganaron 10 más. Nunca me jorobaron, pero este sinvergüenza se quiere llevar a todos por delante. Le sacaron la comida a los pobres que pueden ser parientes de ese mismo crápula que robó y que ahora no van a tener ni la suficiente comida para subsistir”.

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