Obispados de Morón y Merlo crearon una oficina para denuncias de abuso dentro de la Iglesia

"La gran iniciativa es del Papa Francisco", aseguró el obispo Jorge Vázquez.

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En un hecho sin precedentes en Argentina, los obispados de Morón y de Merlo-Moreno crearon oficinas para denunciar casos de abuso sexual dentro de la Iglesia. “La gran iniciativa es del Papa Francisco”, explicó el obispo de Morón, Jorge Vázquez, durante una entrevista con Primer Plano.

Una de las grandes críticas que se realiza desde hace tiempo a la iglesia cristiana es la gran cantidad de casos de abusos sexuales que ocurren dentro estas instituciones. “Es una herida en el cuerpo de la Iglesia, pero también es la herida de las víctimas. No miramos para el costado ni queremos tapar nada”, afirmó Vázquez, titular de la diócesis de Morón, Hurlingham e Ituzaingó.

“La Iglesia pide perdón y se hace cargo”, dijo el Obispo, al tiempo que anunció la creación de una oficina, en conjunto con el obispado de Merlo y Moreno, al mando de monseñor Fernando Maletti.

El objetivo de la oficina es “trabajar en escuchar y prevenir delitos de los que pueden hayan sido o puedan ser víctimas menores de edad o adultos vulnerables”.

Vázquez remarcó la importancia de “proponer acciones para definir, orientar e implementar en ambos obispados políticas de prevención y de cercanía pastoral tanto a quienes denuncien haber sufrido este tipo de delitos como de los victimarios”.

“Lo que se pretende con estos criterios es que las personas que han sufrido abusos puedan recurrir a las iglesias diocesanas de Morón y de Merlo-Moreno, con la seguridad de que serán bien recibidas y estarán protegidas y que sus informaciones serán escuchadas”, aseguró.

Según el documento firmado por ambos obispos, “la sede del Consejo Diocesano para la Protección de Menores y Adultos Vulnerables como así también la sede para la Recepción de Informes sea la Curia Diocesana de Morón y/o la sede de la Curia de Merlo-Moreno”.

En todos los casos, “se arbitrarán los medios necesarios para que se trate de un lugar de encuentro, escucha, discernimiento y seguimiento de la situación a través del Consejo para la Protección de Menores y Adultos Vulnerables y a las estructuras canónicas y estatales que corresponda”.

“Como Iglesia, nos hacemos cargo de estas heridas y, por eso, queremos acompañar a quienes han padecido semejantes delitos. Queremos sanar y ayudar a sanar”, finalizó Vázquez.

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