Mamá de Alma: “Tagliaferro prometió acondicionar nuestra casa para llevar a la beba”

Alma permanece internada en el Hospital de Morón desde noviembre. Según denunció penalmente la madre, fue víctima de violencia obstétrica por parte del personal. “Las parteras nos arruinaron la vida”, aseguran.

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Alma, internada desde noviembre en el Hospital de Morón, mostró pequeños avances que para su familia representan grandes pasos: durante varios minutos pudo respirar sin la asistencia de un aparato. Los padres confían que en el seno del hogar su recuperación será más rápida. Tras una reunión con los padres, esa fue la promesa personal del intendente Ramiro Tagliaferro: “Dijo que nos iba a acondicionar nuestra casa para poder trasladar a la beba, que debe continuar con una internación domiciliaria, pero aún no cumplió”, se quejó Laura Cáceres, madre de la criatura.

En diálogo con No Ficción Radio, Cáceres repasó el drama que vivió durante el parto, que la llevó a realizar una denuncia por violencia obstétrica y negligencia el 13 de diciembre en la UFI 2 de Morón. “Me trataron muy mal, le pedía a las parteras que me asistieran pero me dejaban muerta del dolor, hasta que empecé sola el trabajo de parto después de más de 14 horas de sufrimiento”, describió la mujer quien precisó el destrato de las parteras: “Tengo otros dos hijos y sé cómo son los dolores, me di cuenta que algo no estaba bien, pero ellas no me atendían y me pedían que dejara de gritar y que esperara, que todavía faltaba mucho, nunca respondieron a mis advertencias”.

Una vez que nació, Alma debió ser reanimada por los médicos. “Las parteras nos arruinaron la vida. La beba hoy está en estado de coma, en un sueño profundo. Pero sigue luchando, aprendiendo a respirar sola y nos demuestra día a día que tiene fuerzas para salir”, se entusiasmó.

El hospital municipal fue pionero en suscribir la ley de parto respetado que establece que todas las mujeres por parir tienen derecho a ser informadas sobre las posibles intervenciones médicas pre, durante y posparto para ellas y para sus bebes, a participar de las decisiones y a optar libremente sobre la asistencia cuando las alternativas y el estado de salud lo permitieran; a ser tratadas con respeto, “al parto natural, respetuoso de los tiempos biológicos y psicológicos, evitando prácticas invasivas y suministro de medicación que no estén justificados”, a ser consideradas según sus pautas culturales, a tener un espacio de intimidad y a estar acompañadas.

Pero, según relató Cáceres, las doulas, aquellas mujeres que acompañan a la parturienta y que son claves para garantizar las situaciones antes descriptas “son echadas de la sala de parto, no les dan lugar para trabajar tranquilas y también las tratan mal. A mí me las sacaron y me dejaron sola todo el parto”.

Luego de que el caso se hiciera público las autoridades municipales se pusieron en contacto con la familia. Pero a pesar de ello, Cáceres sostuvo: “El Municipio me prometió un montón de cosas que aún no cumplió. Alma necesita una internación domiciliaria lo antes posible porque en el Hospital hay muchísimas enfermedades y comienza la época de las epidemias respiratorias, y ella no puede estar más ahí. Me dijeron que me iban a acondicionar toda la casa pero solo recibí el piso de durlock. Creen que una terapia se hace solo con eso y Alma necesita oxígeno, respirador y elementos de enfermería”.

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