Lo condenaron a 50 años de prisión por el copamiento a la comisaría de San Justo y ahora fue absuelto

Así lo resolvió el Tribunal de Casación bonaerense. El sospechoso ya está en libertad.

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Uno de los cuatro condenados el año pasado a 50 años de prisión como integrantes de la banda que en 2018 intentó copar la comisaría de la localidad de San Justo para liberar a un detenido, en el que se tiroteó con cuatro policías y dejó parapléjica a una de las oficiales, fue absuelto por el Tribunal de Casación bonaerense por el beneficio de la duda y logró su inmediata libertad.

En su fallo, los camaristas de la Sala I Ricardo Maidana y Daniel Carral, además, confirmaron la pena de medio siglo de cárcel para Leandro David Aranda, de 26 años, el preso que iba a ser rescatado, para su esposa Zahira Ludmila Bustamante, de 23, quien ayudó a organizar el golpe, y para Tomas Axel Sosa, también de 23.

Por otro, dejaron firme la condena para Gonzalo D`Angelo, de 26, a 8 años de cárcel como partícipe secundario. A su vez, Casación hizo lugar a la impugnación de la defensa Sebastián Ariel Rodríguez, de 43, sentenciado en 2021 en un juicio oral a 50 años junto a Aranda, Bustamante y Sosa, y ordenó su absolución por el beneficio de la duda y dispuso su inmediata libertad.

Es que Carral y Maidana valoraron el argumento de la defensa de Rodríguez, que hizo hincapié en “un significativo contraste entre los rasgos faciales del citado imputado y el identikit que hiciera oportunamente” uno de los testigos presenciales del hecho.

A su vez, tomaron en cuenta “la ausencia de demostración de algún vínculo” entre Rodríguez “y Aranda, su pareja, Sosa o D´Angelo“; y que dos de estos últimos dijeron en el juicio que el “Seba” que ellos conocían no era la misma persona.

En el mismo fallo al que accedió Télam, los jueces hicieron lugar “parcialmente” al recurso de Bustamante y dispusieron “casar la pauta agravante referida al riesgo y el desprecio demostrado con relación a la vida de su hijo lactante, al trasladarse hasta la escena de los hechos con el menor, manteniéndose incólume la pena fijada por el tribunal” de primera instancia.

En este caso, para la Casación, “el género de la acusada incidió de modo negativo en el razonamiento de los magistrados al examinar la agravante requerida, al filtrarse en su valoración estereotipos asociados al papel de buena/mala madre”; lo que “configura un trato discriminatorio en el juzgamiento que no debe tolerarse y, en consecuencia, aquella pauta debe ser obliterada”.

En el mismo juicio que en abril de 2021 estuvo a cargo del Tribunal Oral en los Criminal (TOC) 4 de La Matanza, la abogada Leticia Analía Tortosa, de 42, recibió una pena de 3 años de prisión condicional pero solo por el delito de “facilitación a la evasión”, ya que fue quien en una visita previa le entregó a Aranda el celular con el que se contactó desde el calabozo con el resto de la banda para coordinar su fuga. Sin embargo, la defensa de la letrada no presentó un recurso de Casación junto a las de los otros condenados mencionados.

Al dar a conocer su sentencia, el TOC 4, integrado por los jueces Gerardo Gayol, Franco Fiumara y Nicolás Grappasonno, destacó “el arrojo homicida dirigido hacia una institución del Estado provincial” y el “dolo homicida hacia cuatro funcionarios policiales” demostrado por la “banda atacante” cuando intentó rescatar a su jefe.

“No pueden tolerarse actos de esta naturaleza”, señalaron los magistrados y agregaron que “el ataque a la seccional primera de San Justo demuestra el riesgo mayúsculo al que está expuesta la sociedad bonaerense con sujetos de esta naturaleza”.

El tribunal destacó además el “acto heroico” de Rocío Villarreal, la sargento que quedó parapléjica al recibir dos balazos en el ataque tras ser la primera en desenfundar su arma, al afirmar en el fallo que fue ella “quien no solo frustró la comisión ilícita de un grupo de varios malvivientes, sino que además salvó la vida de sus compañeros a costa de su propia integridad”.

En aquel fallo, los jueces dieron por probados los delitos de “tentativa de evasión y tentativa de homicidio agravado por el uso de arma y calificado por la función de las víctimas de resultar miembros de fuerzas policiales criminis causae, en concurso ideal, en perjuicio de la administración pública y de la vida” de los cuatro efectivos atacados.

El principal acusado del juicio fue Aranda, quien estaba preso desde 2017 por un crimen narco en una villa de La Matanza -hecho por el que ya está condenado a 10 años-, y según la fiscalía, “tenía problemas afuera” y debía salir de la comisaría porque “había mejicaneado a un narco de la villa 1-11-14” del Bajo Flores porteño.

Cuando declaró en el debate, Aranda confesó haber ideado el plan para que lo rescaten, pero negó que la idea fuera entrar a matar policías, dijo que entre los detenidos había inocentes y trató de desvincular a su esposa Bustamante, quien según la acusación fue a rescatar a su marido con un bebé de pocos meses.

El copamiento

El hecho ocurrió a las 5.05 del 30 de abril de 2018 en la comisaría Distrital Noroeste 1ra. San Justo, donde vestidos con uniformes policiales y armados los imputados intentaron rescatar a tiros a Aranda de uno de los cuatro calabozos de la seccional, en el que esa madrugada había un total de 43 detenidos.

La reacción de los policías, que lograron repeler con sus armas la agresión, hizo que la banda abortara el golpe y huyera del lugar sin poder llegar al sector de los calabozos. La sargento Villarreal fue la única de los cuatro policías atacados alcanzada por dos disparos que le provocaron lesiones “gravísimas” y la dejaron parapléjica.

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