La gobernadora Vidal y Verónica Magario coinciden en algo: incinerar la basura

Ambas ven a este polémico sistema como la salida definitiva al flagelo de la basura. Desde Greenpeace y FARN alertan que es inminente la llegada de plantas para incinerar en el conurbano. En La Matanza habría tres terrenos en estudio.

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La polémica por la instalación de plantas para incinerar basura salió de la Ciudad de Buenos Aires y cruzó la General Paz. Las organizaciones ambientales alertan sobre la gravedad que implica su instalación y destacan un dato curioso: La Matanza tuvo el proyecto del Centro de Reconversión Energética (CARE) que según los ecologistas es similar al impulsado por Cambiemos, que establece instalar ocho plantas de termovalorización o incineración en el conurbano y tres terrenos en estudio para ese fin están en el mencionado distrito.

Leonel Mingo, coordinador de campañas de Greenpeace, explicó a No Ficción que en “temas ambientales te encontrás peleando contra Cambiemos, el kirchnerismo o contra el radicalismo” y para graficarlo remarcó que el proyecto CARE de la intendenta de La Matanza, Verónica Magario, “es igual a las plantas de termovalorización del Gobierno de Vidal, que es un eufemismo como CARE, y enmascara lo que realmente es: quemar basura”.

En el mismo sentido se pronunció el director de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), Andrés Napoli: “Los intendentes que más pidieron el proyecto de incineración son los del justicialismo, no hay ninguna diferencia con Cambiemos”. En declaraciones a este medio, el director de FARN recordó al CARE de La Matanza como “un fracaso rotundo que tenía la idea de incinerar”.

El que no coincide con los ambientalistas es el presidente de la Comisión y Ecología y Medio Ambiente de la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires, el oficialista Jorge Mancini. “CARE es un tratamiento de separación, de tratamiento mecánico biológico, no es termovalorización”, explicó en diálogo con No Ficción, y sentenció: “De todas maneras ese proyecto fracasó”. Dicha planta, que en su momento fue fuertemente impulsada por Raúl Magario, padre de Verónica, estaba proyectada para funcionar en González Catán, en su límite con el distrito de Merlo. El rechazo ciudadano, entre otros motivos, hicieron que la iniciativa quedara trunca.

Mancini es también el jefe de la Asociación Gremial de Obreros y Empleados de la Ceamse (Agoec), y en marzo estuvo con diez intendentes en Europa visitando plantas de termovalorización, un viaje del que no hubo demasiadas precisiones. “Fui con ocho intendentes peronistas y dos de Cambiemos, y el viaje se hizo público”, aclaró el diputado provincial. Esa travesía fue la que terminó de convencer a los intendentes.

¿Dónde se instalarán?

“Se filtró un documento que habla de cuatro plantas: una en la Capital Federal, dos en Tres de Febrero y otra en San Martín, pero nada oficial”, contó el coordinador de Geenpeace. Desde FARN coinciden en que las plantas en el conurbano serán cuatro, pero no en las ubicaciones. “La información que surge dentro del propio Gobierno es la de una planta en La Matanza, una en Ezeiza, una en la zona norte y otra a definir”, explicó Nápoli.

Mancini, principal lobbista del proyecto, señaló que “la ley vigente de la provincia no prohíbe la incineración, así que no haría falta que se sancione un proyecto en la legislatura”. Según el diputado de Cambiemos y líder de AGOEC, las plantas serían tres: “Una en zona sur, una en Capital y otra en zona norte”. Pese a las versiones encontradas, un dato de la realidad es incontrastable: Vidal y Magario coinciden en esta modalidad para enfrentar el flagelo de la basura en el área metropolitana.

Las plantas

En América Latina no hay instaladas aún plantas de termovalorización como las que se proyectan en el conurbano. En México DF, está avanzado un proyecto para tratar unas 13000 toneladas diarias de basura, que se pondrá en marcha próximamente pero que ha tenido mucha resistencia de ongs y sectores sociales.

Las plantas tendrían un costo que va desde los 400 a los 800 millones de dólares y el modelo es de inversión privada. La recuperación de la inversión sería a través de la venta de la electricidad en el mercado energético.

La discusión radica en que las plantas de este tipo que funcionan en el mundo se encuentran en países centrales, que ostentan estar en una etapa mucho más avanzada del sistema de separación y reciclaje de los residuos, y solo queman un porcentaje bajo y específico de basura.

 

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