“Si no quieren tener hijos, cierren las piernas”. La frase de Hernán Ustariz, párroco del Colegio Fátima de Castelar, en Morón, despertó en junio pasado el enojo de sus propios estudiantes, que denunciaron sus dichos en los medios. Fue en el mismo mes que se debatía la despenalización del aborto a nivel Nacional y en la legislatura Bonaerense se presentaba un proyecto de actualización de la Ley de Educación Sexual Integral (ESI).
Para noviembre pasado, con media sanción en diputados de la provincia, la ESI quedaba cajoneada por la presión de la Iglesia Católica y Evangelista. La Gobernadora Maria Eugenia Vidal, con mayoría en el senado local, impidió su tratamiento. Hoy los resultados salieron a la luz: menos del 30% de los docentes de 6° grado dictaron el año pasado contenidos vinculados a nuevas masculinidades y femineidad. Una cifra similar cuando se trata de métodos anticonceptivos en las aulas.
Las cifras fueron difundidas por la Defensoría del Pueblo bonaerense en base a las pruebas Aprender 2018. Un 32% de los docentes dictaron clases de métodos anticonceptivos en las escuelas públicas, pero sólo el 22% lo hizo en las privadas. Asimismo, en el marco de “equidad de género”, un 23% aseguró haber dado contenidos vinculados en nivel estatal, y un 20% lo hizo en los colegios pagos. Cuando se trata de “embarazo” los numeros mejoran: 36% de los docentes hablaron del tema en las privadas, mientras que 33% lo hizo en la pública.
Los municipios del oeste, ante la ausencia de la política provincial, intentan abordar contenidos vinculados a la ESI. Merlo es un caso: “desde nuestra gestión convocamos a las capacitadoras que fueron despedidas en Nación y las estamos llevando a nivel secundario”, expresó a No Ficción Silvana Zahana, subsecretaria de Educación. Para la funcionaria, el programa “entre 2012 y 2015 funcionó muy bien, pero después lo desfinanciaron y dejaron de bajar los recursos humanos y materiales”.
No es la única que alerta sobre el desmantelamiento de las capacitaciones ESI en la provincia. El director de Planificación y Acciones Integrales de la Secretaría de Desarrollo Social de La Matanza, Nicolás Fusca también lo aseguró a este medio: “En las escuelas no está institucionalizado basicamente porque no está financiado. En el Municipio un programa educativo no tenemos. Lo que tenemos son espacios de capacitación con los pibes que pueden incluir instancias educativas”.
Zahana destaca que hoy lo que sí existe es el Plan Nacional de Prevención del Embarazo No Intencional en la Adolescencia (ENIA), que en provincia sólo trabaja con seis distritos, y sólo uno del oeste: Morón. Los restantes son San Martín, San Isidro, Almirante Brown, Quilmes y Lanus. Pero sobre la ESI no hay material nuevo. Coincide en este punto la secretaria de Género en la CTA y Gremial de Suteba en Tres de Febrero, Martina Quiroga: “en esto no se está invirtiendo ni un peso. Hace años no baja material a las escuelas”.
Resistencias conservadoras
Sin embargo, la dirigente del Suteba en tierras de Diego Valenzuela, alertó a No Ficción que la falta de capacitación a docentes viene acompañada de “resistencias de la comunidad educativa”. Según Quiroga, “en Tres de Febrero tuvimos maestras a las que directoras les hicieron sacar el pañuelo verde y hace poco a una compañera le hicieron un acta por usar lenguaje inclusivo”. Fusca también se suma a este planteo: “depende de los directores que muchas veces no le dan espacio en las escuelas, y ahí queda en el docente si se la juega y lo aborda”.
Quien conoce del abordaje en las escuelas es Marisa Fournier, directora de la Diplomatura en Géneros, Políticas y Participación de la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS). “Por las resistencias que hay lo que se suele dar es la mirada medicalizada: preservativos, anticonceptivos y enfermedades de transmisión sexual, pero no se habla es de sexualidad y los nuevos vínculos. Y esto requiere una perspectiva feminista“, explicó a este medio.
Ante estas cifras preocupantes, el estancamiento de la Ley y el poder de la iglesia en la educación en el conurbano, los Municipios pueden aportar con algún programa, pero no mucho más. Leandro Bottinelli, sociólogo e investigador del Observatorio Educativo de la Universidad Pedagógica Nacional (Unipe), expresó a No Ficción que “es relativo lo que pueden hacer los distritos, porque se trata de contenidos vinculados a nivel nacional y provincial”.
Para el especialista de Unipe, “más que preguntarle a los docentes qué hicieron lo ideal es ir a ver actividades, ir a las clases. El Aprender no es la forma correcta de indagar esto, es una forma exploratoria”. Fournier coincide: “El abordaje de la ESI no admite preguntas que impliquen un si o no, creo que no hay que generar este tipo de preguntas, sino indagar en cómo o con qué”.
La importancia de la ESI en detectar el abuso en la infancia
El Defensor del Pueblo, Guido Lorenzino, al presentar el informe expresó: “Es necesario que no se subejecuten los presupuestos destinados a esta temática y que se destinen más fondos a programas relacionados a la salud sexual, a la procreación responsable y contra las enfermedades de transmisión sexual”. Las cifras del organismo son la continuidad de otras presentadas en diciembre pasado y que dan cuenta del desfinanciamiento en la prevención: entre el 2015 y el 2017 las denuncias por abuso sexual pasaron de 1.110 a 4.583 en la Provincia.
La directora de la Diplomatura en Géneros, Políticas y Participación de la UNGS destaca: “en las aulas es donde salen temas de violencia infantil, por eso implementar la ESI requeriría una articulación con sectores locales que se dediquen a la atención del abuso sexual infantil, porque este programa es una de las principales políticas para erradicar los abusos“. Mientras las cifras preocupan, el proyecto sigue cajoneado en la legislatura.
