La escuela pide nuevas aulas hace tres años. Un enorme predio contiguo se convirtió en una usina de dengue. Las promesas de desmalezar el predio y de construir aulas no se convierten en realidad. Un problema de toda la comunidad educativa que no tiene respuestas concretas, en medio de una ola de casos de dengue en la zona oeste.
Se trata de la Escuela de Educación Secundaria N° 18, de Ramos Mejía. Un grupo de madres y docentes reclama el desmalezamiento y la limpieza del baldío, que pertenece a la escuela. En el medio, el alerta de dengue que preocupa a toda La Matanza en general y a Ramos en particular, mientras que 400 alumnos se encuentran cada vez más hacinados.
Natalia Hernández es delegada del SUTEBA de la EES N° 18 y una de las docentes que alza la voz en el reclamo. “Es imposible verlo por la maleza y el pastizal, y porque se ha creado como un foco de infección ya que han tirado basura, escombros y hasta hay un esqueleto de un auto… es una concentración de bichos y ratas”, advirtió.
“Hay una alerta porque Ramos Mejía es uno de los focos de dengue de La Matanza y nosotros hace años que venimos con un reclamo insistente de limpieza de este predio y no tuvimos respuesta”, señaló la docente, que además recordó que del Municipio han ido “a intentar limpiar, pero se retiraron porque no tenían las herramientas para poder desmalezar”.
La situación de sobrepoblación de alumnos ya consumió una sala de profesores, una preceptoría, la sala del equipo de orientación escolar y el laboratorio. “Venimos pidiendo desde hace tres años la construcción de cuatro aulas que nos faltan, además del playón multifunción que podría funcionar en ese espacio hermoso de tantos metros y que, hoy, está inutilizado y es una alerta para la salud”, relató Hernández.
Para que los chicos pudieran empezar las clases, las autoridades firmaron un acuerdo con el Municipio, a partir del cual los alumnos utilizarán como aula corriente al laboratorio, con la condición de que inicien rápido las obras necesarias.