Por qué la cuarentena total se torna casi imposible en los barrios más pobres del conurbano

Un informe del Instituto del Conurbano (ICO) puso de relieve las contradicciones de un sistema en jaque.

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El Instituto del Conurbano (ICO), de la Universidad Nacional de General Sarmiento, realizó un relevamiento en distintos puntos del Área Metropolitana sobre el nivel de acatamiento de la cuarentena, las causas del cumplimiento o no y los problemas registrados. La mayor parte de los datos fueron recogidos en el Noroeste; particularmente, en los distritos de Moreno, José C. Paz, San Miguel, La Matanza, Malvinas Argentinas, Morón, Hurlingham, Ituzaingó, Tigre, San Martín y General Rodríguez.

Con respecto al acatamiento, el informe del ICO destaca que fue “muy alto” o “parcial” en un 84% (42% en cada ítem), mientras que en el resto se informó un “muy bajo” nivel.

Entre los motivos para el no acatamiento, el informe revela dos grandes ejes: la provisión de alimentos y medicamentos, y el tamaño y condiciones de la vivienda.

La vivienda en los barrios populares

En los asentamientos o barrios con viviendas más pequeñas o precarias, el informe evalúa que “no es posible entender la cuarentena como un aislamiento dentro de las casas”, por lo que “la cuadra se vive como una extensión de la vivienda y el aislamiento se entiende, en todo caso, dentro del perímetro del barrio”.

De la misma forma, “la falta de provisión de agua por cañería” obliga a la población a salir para su aprovisionamiento. Además, señala que por la ausencia del servicio de recolección de residuo, la gente “debe salir a depositarlos en algún punto del barrio”.

Otra problemática está ligada al acceso a la información. Según el informe, hay familias que creen que el aislamiento es “para la clase media” y que el virus “no llegará a los barrios”.

Por el lado de la economía, muchos trabajadores son cuentapropistas o changarines, que en muchos casos se ven obligados a intentar concretar algún trabajo para sustento económico, aún en el marco de la pandemia.

En menor medida -sostiene el informe-, influyen también la presencia de personas violentas dentro del hogar, que obliga al resto a mantenerse afuera, y la dificultad de personas con consumo problemático de drogas para sostener el aislamiento.

En los barrios de alto acatamiento, por el contrario, hay algunos factores comunes: alto control policial, hogares con ingresos fijos y mejores condiciones de la vivienda.

El valor de la economía social

En el informe se destaca que los productores de la economía social (cooperativas) aseguraron que “hubo alto acatamiento de licenciar a trabajadores mayores o con dificultades de salud”, que se “suspendieron actividades no esenciales” y que hubo adhesión al “sistema de delivery”, entre los gastronómicos. De cualquier forma, la situación es preocupante porque “la caída de la producción es fenomenal”.

Las empresas formales de rubros no esenciales, en cambio, han sufrido muchas denuncias de los sindicatos por presiones hacia los trabajadores para presentarse a trabajar, aun cuando desde el Estado se indicó lo contrario.

Economía, el gran dolor de cabeza

La principal preocupación es la discontinuidad de ingresos laborales familiares; especialmente, de aquellos hogares que dependen del ingreso cuentapropista. Los principales sectores afectados son los cartoneros, recicladores, construcción y jardinería. Como consecuencia, crece el endeudamiento familiar.

También es alta la preocupación de trabajadores informales o “en negro”, ya que sus ingresos se ven afectados por suspensiones sin goce de sueldo o por la amenaza latente del despido. El rubro más afectado es el de las trabajadoras de casas particulares.

Enroque entre autónomos y planes

La caída brutal en el sector cuentapropista de todos los estratos dejó a los trabajadores autónomos en situación de incertidumbre y vulnerabilidad. En tanto, los grupos cuyos ingresos ya estaban ligados a la asistencia del Estado “aparecen más protegidos en la coyuntura”, en comparación con los autónomos, “que se encontraban antes de la pandemia en una situación menos desaventajada”.

Abastecimiento y precios abusivos

Además de las dificultades producto de la merma en los ingresos, el informe advierte complicaciones ligadas al abastecimiento; sobre todo, en los comercios de proximidad. Otro problema es el aumento abusivo de precios, que se refleja especialmente en frutas y verduras.

En el mismo sentido, es “insuficiente” la asistencia de los municipios y aparecen problemas para utilizar la tarjeta AlimentAR, ya sea porque no se acepta o porque se le colocan recargos. Otro problema recurrente es la falta de cajeros automáticos.

La salud, más allá del coronavirus

El relevamiento realizado por el ICO advierte sobre problemas para obtener recetas y medicamentos; sobre todo, para la atención de enfermedades crónicas o no ligadas al coronavirus. Los más afectados en este sentido son los adultos mayores; especialmente, aquellos que viven solos.

Otra dificultad en ascenso es la relativa a la salud mental: “Junto con el cierre de servicios de atención programada, se podrían extender cuadros de ansiedad, angustia, consumo problemático, depresión, hipocondría”.

Asimismo, “el aislamiento ha agravado la violencia de género/familiar”.

Incertidumbre ante la extensión

Otra preocupación es sobre la extensión de la cuarentena. Básicamente, el temor radica en la profundización de estos problemas.

Asimismo, hay temor por la posibilidad de que aumenten las tensiones en el vecindario y los robos ante el complejo cuadro económico.

Finalmente, si bien es en principio bien recibido el control de las fuerzas de seguridad, se teme también por “la posibilidad de que aumente la violencia policial sobre los sectores populares”.

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