Los padres de Roberto Sabo, el kiosquero que en 2021 fue asesinado en su comercio de Ramos Mejía por un delincuente, fueron víctimas de un violento asalto a manos de un delincuente que les robó el auto y realizó un disparo intimidatorio, cuando arribaban a su casa de Morón.
El robo sufrido por Pedro Sabo, de 77 años, y su esposa Magdalena se produjo al caer la tarde del martes cuando se disponían a guardar el auto en el garaje del domicilio situado en Maza y Santa María, en Morón sur.
Allí la pareja fue emboscada por un delincuente que, a punta de pistola, le exigió de manera violenta las llaves de su auto, un Ford Fiesta de color negro.
“No podía salir del auto, no encontraba la palanca para abrirlo y nos se abre desde afuera”, contó el hombre en la puerta del kiosco en el que asesinaron a su hijo, donde sigue trabajando.
Además, relató que le mostró la foto que lleva en el auto de su hijo y le contó que lo mataron en un asalto: “No le importó nada, no se si esta gente está drogada”, reflexionó.
Pedro aseguró que después del asalto, la gente de la comisaria de Gervasio Pavón se portó muy bien con ellos. El auto fue encontrado casi de forma intacta en la zona de Rafael Castillo, en La Matanza, gracias al rastreo satelital.
“Yo tengo 77 años y tengo que seguir laburando a pesar de todo. No tengo otra”, dijo en diálogo con el canal TN, en el que señaló que el asaltante llevaba anteojos, gorra y barbijo, por lo que no podría reconocerlo.
Magdalena, la esposa de Pedro, contó que el delincuente le dijo “váyase señora”, mientras ella le imploraba que no le haga nada a su marido.
Nicolás, el nieto de la pareja e hijo de Roberto, reflexionó “sigue siendo todo igual. El miedo que sigue pasando y cada vez es más”, mientras le pidió a los políticos “que pongan los huevos donde los tienen que poner” para que “esto no pase más”.
El crimen del kiosquero
El crimen de Roberto ocurrió el domingo 7 de noviembre de 2021 cuando atendía el kiosco situado en Avenida de Mayo al 800, en la zona comercial de Ramos Mejía.
El delincuente, identificado como Leandro Daniel Suárez (29), entró al negocio y durante el robo asesinó al comerciante de un disparo en la cabeza.
De “campana” actuaba una adolescente de 15 años y horas después ambos fueron detenidos tras una persecución policial.
En agosto de 2022 el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N°2 de La Matanza condenó a Suárez a prisión perpetua.
En el momento del hecho, el asesinato de Roberto movilizó a la comunidad de La Matanza, donde se realizó una masiva marcha contra la inseguridad.