En el conurbano bonaerense cerca de 2 millones 850 mil personas viven en casas alquiladas. Y en La Matanza, específicamente, la problemática habitacional es preocupante. El distrito que conduce Fernando Espinoza es donde más se alquila. Pero, además, es uno de los que concentra la mayor cantidad de barrios populares en la zona oeste del Gran Buenos Aires. Según el Registro Nacional de Barrios Populares (RENABAP), existen actualmente 164 asentamientos en territorio matancero. En total, viven allí 62.641 familias. Le siguen Moreno con 132 barrios populares y Merlo con 90.
De este modo, el proyecto de ordenanza busca dar respuesta a una situación que se replica en todos los barrios populares del país y que es que el 74% de las responsables de hogares son mujeres y el 90% son monomarentales. El objetivo es crear un Programa de Inmobiliaria Social para familias monomarentales y mujeres en situación de violencia de género.
La iniciativa la impulsaron los concejales de Izquierda Natalia Hernández y Juan Romero, junto a la organización social Maternidades Feministas. “Ante la crisis económica y social, uno de los sectores más afectados siempre son las mujeres y disidencias”, aseguró la edil Natalia Hernández.
A través de este proyecto se busca garantizar un bono de alquiler social de hasta el 60% para las mujeres a cargo de sus familias y al cuidado de hijos menores de edad o hijos mayores de edad incapacitados judicialmente. Las mujeres deben residir en La Matanza y no superar los cuatro salarios mínimos. Se priorizará a las mujeres víctimas de violencia de género.
El porcentaje aumenta a 75% si la beneficiaria o algunos de los familiares que conviven con ella tienen alguna discapacidad. En caso que sea una familia numerosa o la mujeres atraviese una situación de violencia de género, la cobertura será del 100%. En todos los casos, el Municipio será garante en el acuerdo de alquiler.
La propuesta promueve a la vez que los fondos provengan de una tasa especial a grandes empresas y de impuestos progresivos a viviendas ociosas.
En el 2022 la Subsecretaría de Hábitat de la Comunidad de la Provincia de Buenos Aires había advertido en la primera Encuesta Bonaerense de Alquileres que entre las principales barreras de acceso al alquiler está la discriminación que sufren las mujeres madres solteras al cuidado de hijos. También que en el 59% de los casos de hogares de madres (o padres) solteras con hijos, se destina más de un tercio del ingreso al alquiler. En tanto, el 26% destina la mitad.
Incluso, según la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia y el Centro de Estudios Legales y Sociales los hogares sostenidos por mujeres están en peor situación financiera. Entre otras cosas, hay mayor demora en el pago de impuestos y servicios como tarjetas de crédito, fiado en comercios y préstamos bancarios.
¿Cómo es alquilar en La Matanza para familias monomarentales?
“La mayoría de las mujeres a cargo de sus familias no pueden pagar un alquiler y todo lo que eso conlleva. Porque sabemos que no sólo es el alquiler, sino también los impuestos que hay que pagar. No tenemos un trabajo fijo o un trabajo registrado y al momento de ir a alquilar te piden un recibo de sueldo. La mayoría de nosotras tenemos trabajo de línea directa. Por ejemplo, vendemos cosméticos. Imaginate que no es mucho lo que se gana”, contó Valeria Swaels integrante de Maternidades Feministas, organización que acompaña a mujeres que atraviesan situaciones de violencia de género. “Sumado a que aumentaron los alquileres. Si antes podíamos alquilar, ahora no. Frente a esto, las mujeres tenemos que ir a vivir en casas de familia”, contó Valeria.
Maternidades Feminista está integrado al día de hoy por 17 mujeres a cargo de sus familias. De ellas, solo dos pueden pagar un alquiler. Natalia Chiocconi, también forma parte de esta organización y cuenta que el resto llega a juntar el dinero para costear el ingreso a un alquiler, cobran un solo salario y las cuotas alimentarias que reciben por sus hijos suelen ser muy bajas. “Hoy un alquiler en San Justo está 200 mil pesos. Nosotras siempre buscamos el alquiler más bajo pero no llegamos a un salario mínimo porque tenemos trabajos informales. En general vivimos con algún familiar o en casas prestadas”. Natalia alquiló durante 13 años y ahora, por primera vez, tuvo que ir a vivir a la casa de un familiar.
Su situación se replica al resto. En general tienen trabajos informales, no cuentan con recibo de sueldo ni garantía. En caso de tener trabajos registrados, son mal pagos. Los fines de semana suelen hacer tareas de limpieza o cuidado, y tiene emprendimientos productivos. Suelen vivir en casas de familias donde comparten baño y cocina. “Hay compañeras que pidieron a las familias que le cedan un lugarcito y que capaz es más precario”. Los problemas habitacionales son grandes. Les prestan un lugar para vivir pero no pueden arreglar el baño si se rompe. Si tienen problemas con el agua tampoco lo pueden resolver porque con lo que ganan apenas les alcanza para el día a día.
Otra de las barreras para estas mujeres es tener hijos a cargo. Hijos y mascotas. Natalia cuenta que “cuando buscamos alquiler muchas veces no aceptan niños y no aceptan mascotas. La realidad es que donde hay niños hay mascotas. Necesitamos conseguir un techo para nuestros hijos y para nuestras mascotas, porque no las vamos a abandonar”.
No solo es la dificultad de acceder y sostener el alquiler. “Algunas no están pagando al día los servicios. Tenemos hasta dos facturas vencidas. Los alquileres están pensados para dos personas, es decir, dos ingresos. Acá hay un solo ingreso. Criar niños, niñas y adolescentes es caro. Llega un momento en que no alcanza el dinero”, agrega Natalia y cuenta que se suma el aumento de los servicios. “Hoy en día las poquitas que pueden alquilar tienen que pagar 50 mil pesos de luz, 30 mil pesos de gas, 10 mil pesos de agua más internet, celular”. Eso en un contexto en el que los alquileres aumentaron en el mes de julio un 244%. “Antes era más esperable que de un contrato a otro hay un 30% dependiendo de los años. En ese momento era un montón, pero bueno, por lo menos uno podía deducir o tener una idea de lo que iba a pagar. Ahora no sabés si lo que podés ganar te va a alcanzar. Nosotras hoy estamos pensando cómo comprar comida. Si se enferma un hijo estamos pensando cómo comprar medicamentos».
Se espera que en las próximas sesiones el Concejo Deliberante trate el proyecto para crear un bono de alquiler social. “Nos parece importante que cada una tenga su propia casa porque somos una familia y cada familia tiene derecho a tener su propio techo. Muchas veces, las familias se vuelven monomarentales porque han sufrido violencia, han denunciado violencia y tienen historias que son difíciles”, insistió Natalia.
Emergencia habitacional en La Matanza
Desde septiembre del año pasado, está dando vueltas en el Concejo Deliberante un proyecto para declarar la emergencia habitacional en el distrito y que se implemente un programa de desarrollo habitacional. Entre el 2010 y 2022 la construcción de viviendas en La Matanza creció un 29% y superó el promedio nacional. En tanto, la cantidad de propietarios se redujo un 6%. Además, es uno de los distritos con mayor cantidad de empresas constructoras.
Hernandez insistió en que la derogación de la Ley de Alquileres, la puesta en marcha del DNU 70/23 y la aprobación de la Ley Bases “es un fiesta para la especulación inmobiliaria”.
En esta iniciativa, se promueve la creación de un Banco Municipal de Tierra. La intención es que se declare de utilidad pública y sujeta a expropiación los lotes ociosos que existan en La Matanza. A la vez, impulsa la creación de un Registro Municipal de viviendas ociosas y estipula que las personas que cuenten con viviendas sin habitar deberán pagar un 50% más del valor de la tasa por servicios generales.