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Evita de San Martín, su historia y militancia

Evita Morales se llama “Evita”, no Eva. Su nombre estuvo proscripto durante los gobiernos de facto que padeció Argentina. Vivió su infancia en los ´50 y militó durante las oscuras noches dictatoriales en los ´70, en la actualidad es la presidenta de la Comisión por la Memoria, Verdad y Justicia del partido de San Martín.

Durante la entrevista que la mujer mantuvo con No Ficción dijo que está orgullosa “del nombre que me pusieron mi mamá y mi madrina, mi papá estuvo de acuerdo cuando lo decidieron”. La mujer de 70 años, aseguró que desde que ocurrió el bombardeo en Plaza de Mayo en el ´55, “me trajo muchos problemas” y recordó que estaba “prohibido por el Decreto 4161 de ‘La Fusiladora’ nombrar a Perón y Evita, no se podía hablar de nada relacionado al peronismo”. 

Indicó que uno de los momentos más fuerte en su vida, fue cuando tenía cuatro años: “estaba sentada en el cordón de la vereda, una vecinita se acercó y me dijo que a mis padres los iban a meter presos porque me habían puesto Evita”. Después de esto, en la escuela primaria “tuve una maestra que borraba el nombre de mi cuaderno que me preparaba mi mamá y ponía Eva. Pero mi mamá volvía a borrarlo y lo escribía otra vez; todavía tengo la imagen grabada del boletín con mi nombre borrado”, agregó.

Su padre siempre le enseñó “a defender” su nombre. Además contó que en la secundaria la situación empeoró, estudió en la escuela normal Estados Unidos que está en el centro de San Martín, donde había que rendir “un examen muy riguroso para poder ingresar, recuerdo que la mayor parte del cuerpo docente era antiperonista, gorila”, señaló la militante.

En esos tiempos había una materia que se llamaba educación democrática y la docente se refería al peronismo como “la primera y segunda tiranía, cada vez que ella hacía preguntas en la clase, a mi no me dejaba que conteste”, dijo la mujer. Sin embargo, un día la profesora le preguntó por qué le pusieron ese nombre: “Entonces, le respondí; porque nací el 11 de diciembre del ´52, luego del fallecimiento de Evita y mis padres son peronistas”.

“Los demás estudiantes se quedaron en silencio, ese día yo sentí el odio de esa mujer sobre mí, también que el grupo en el aula se incomodó”, reconstruyó Evita, quien rememoró que volvió llorando a su casa. “Le conté a mi mamá y le pregunté por qué me había puesto ese nombre, porque me sentí mal. Ella me respondió con los ojos muy tristes que cuando cumpliera 18 años y me renueve el documento te lo podes sacar, pero rápido recordé las palabras de mi papá, sobre que tenía que defender mi nombre”.

Tomó su nombre como bandera

A partir de ese día tomó fuerzas y adoptó su nombre como bandera. Después fue a la universidad, allí también se encontró con profesores antiperonistas, pero con el pasar del tiempo “aprendí a manejar la situación, y cada vez que le preguntaban mi nombre respondía con firmeza; me llamo Evita por Eva Perón, porque mis padres son peronistas, muchos me odiaban”.

“Después del golpe del ’76 me tuve que ir de la Facultad de Medicina, un secretario me alertó, dijo que me vaya porque los dictadores ya habían pedido mi legajo, estaba investigada”, aseguró la militante. También recordó que “ya había compañeras y compañeros que habían sido secuestrados y desaparecidos”.

“Tuve que abandonar la institución”, insistió. El secretario le había asegurado que “cuando se vayan los dictadores recién iba a poder volver”. Entonces, decidió estudiar instrumentación quirúrgica en partido de San Martín y “soy de la primera promoción de profesoras”.

“Siempre me gustó alfabetizar, fui la encargada de eso durante mucho tiempo, enseñaba en la iglesia del barrio, pero cuando se enteraron que lo hacía por militancia me echaron porque los ponía en riesgo, así me dijeron”, aseveró la mujer a este medio. Después, le dieron un espacio en el patronato de ciegos donde trabajaba “por las noches como enfermera, eran épocas muy difíciles, la prensa y las reuniones estaban suspendidas, pero nosotros igual hacíamos cosas para ayudar a los vecinos”, agregó.

Villa Concepción, el barrio donde vive Evita

Actualmente, Evita Morales tiene 70 años y es la presidenta de la Comisión por la Memoria, Verdad y Justicia de San Martín. Este organismo brinda acompañamiento a familiares de las víctimas del terrorismo de Estado y es querellante en varias causas.

La militante articula con varias organizaciones sociales, feministas y continúa trabajando en la construcción de derechos para el pueblo como lo hizo toda su vida. Es muy estudiosa, por eso escribió el libro que tituló “Villa Concepción, Primer Barrio Obrero”, en el cuál cuenta la historia del lugar donde vive y lo describe.

Su casa está ubicada en Villa Concepción, que es el primer barrio obrero del país. Fue construido por Juan Domingo Perón, allí colocaron la piedra fundamental, mientras el general estuvo en la Secretaría de Prevención y Trabajo.

En este barrio se reflejó la idea de la comunidad organizada, con su plaza, la escuela, un centro cívico, el hogar para los ancianos, la iglesia, las unidades básicas del partido y de la rama feminista, las casas son bajas y tienen techos de tejas.

Jesús Cabral: