El mapa de la asistencia social en el oeste: ¿dónde pega más la crisis?

En tiempos de pandemia, desempleo y caída del PBI, el Observatorio del Conurbano Bonaerense (OCB) elaboró un informe que en base a una serie de variables establece un ranking de las condiciones socioeconómicas en cada municipio.

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El Observatorio del Conurbano Bonaerense (OCB) publicó un reciente informe relacionado al mapa de la asistencia social y alimentaria en el Gran Buenos Aires (GBA) en tiempos de pandemia. Además, el trabajo destaca la cantidad de barrios populares que hay en cada municipio y revela que los tres distritos del oeste con situaciones más desfavorables son Merlo, La Matanza y Moreno.

El mapa elaborado por el OCB, integrado por investigadores de la Universidad Nacional General Sarmiento (UNGS), se construyó en base a dos capas: una con datos de barrios populares en el conurbano (con información del 2018), y otra capa sobre la asistencia social y alimentaria que representa la relación entre las variables Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) y Gasto social municipal per cápita del 2019 (los programas y acciones de cada Gobierno local en relación a su población).

Según el cruce de estas dos variables, el mapa tiene distritos pintados en celeste (alto NBI y bajo gasto social municipal), celeste claro (NBI medio y también baja asistencia municipal), verde (alto NBI y asistencia media) y los anaranjados (con bajo NBI y gastos sociales altos o medios).

Según el informe, Merlo presenta las situaciones más desfavorables para sus habitantes: destinó $330 de sus gastos sociales por cada vecino (programas de alimentos, salud o capacitaciones, entre otros), 25.042 habitantes cuentan con la Tarjeta Alimentar y tiene 133.143 IFE pagados. En lo que respecta a la pobreza estructural, aquí viven 21.472 familias en 57 barrios populares, y tiene el 11,4% de los hogares con Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI). Por eso en el mapa está pintado de celeste: alto NBI, convirtiéndose así en el que menos destina en programas sociales en el oeste.

Detrás se encuentra La Matanza, que en 2019 gastó $694,14 per cápita en programas de asistencia municipal, tiene 63.167 titulares de la Tarjeta Alimentar, además de los 312.965 IFE liquidados. En cuanto a la situación previa a la pandemia, este distrito tiene 47.463 familias viviendo en 122 barrios populares, y presenta un 11,93% de los hogares con NBI.

Luego sigue Moreno: destinó $717,81 por vecino en gastos sociales, y a su vez, hay 26.368 titulares de la Tarjeta Alimentar, además de los 130.722 IFE pagados. Todo esto para atender un contexto estructural que tiene su cara más vulnerable en las 22.311 familias que viven en los 87 barrios populares de un distrito con el 12,9% de su población con NBI.

Por eso Moreno junto con La Matanza en el mapa están en verde: presentan un elevado NBI pero un gasto social municipal de nivel medio. Pero también vale aclarar que si se analiza la las erogaciones en programas sociales como porcentaje del gasto total, ambos destinan casi un 8% de sus recursos a contener la crisis, mientras que Merlo solo invierte un 3.43%.

No Ficción dialogó con la socióloga y coordinadora del OCB, Bárbara Couto, quien junto con la doctora en Ciencia y Tecnología, Pamela Flores, realizaron el informe: «si bien el NBI es un indicador de 2010, es el único que tenemos disponible sobre pobreza desagregado a nivel municipal y refiere a los hogares que presenta al menos un tipo de carencia vinculado a diferentes servicios esenciales, y el gasto social municipal nos permite ver cuántos recursos destinan los distritos a la función del desarrollo social».

¿DÓNDE HAY SITUACIONES MÁS FAVORABLES PARA SUS VECINOS?

En el mapa desarrollado por el OCB hay un conjunto de municipios que están en anaranjado y son los que «presentan una situación más favorable en la medida que poseen una baja proporción de hogares con NBI, respecto del total de hogares del partido, y alto gasto social municipal por habitante».

Morón es el municipio que más gastó en programas sociales del oeste. La gestión local destinó $1.199,63 por habitante en asistencia de todo tipo, desde cursos, pasando por capacitaciones en perspectiva de género, hasta alimentos para comedores. Además, en el distrito hay 5.957 beneficiarios de la Tarjeta Alimentar y se liquidaron 49.328 IFE. En cuanto a la pobreza estructural, hay 922 familias viviendo en 11 barrios populares y solo un 3,52% de los hogares tiene NBI.

Tres de Febrero también es uno de los distritos con condiciones favorables para sus habitantes. La gestión local gastó $686,86 por habitante en programas sociales, hay 8.897 titulares de la Tarjeta Alimentar y se pagaron 61.436 IFE. Además, presenta un bajo NBI, que es del 4,33%, y tiene 2.079 familias viviendo en 14 barrios populares. «En el mapa aparece como naranja claro porque tiene un bajo NBI pero su gasto social municipal no es alto, sino medio», precisó Couto.

Similar situación a la de San Martín: tuvo un gasto de $783,48 por vecino en asistencia social, hay 11.481 habitantes con la Tarjeta Alimentar y se pagaron 65.832 IFE. En lo que respecta a la pobreza estructural, el distrito tiene a 20.888 familias en 41 barrios populares y un 6,71% de sus hogares tiene NBI.

EL FACTOR «NUEVOS» MUNICIPIOS

La coordinadora del OCB recordó «que Hurlingham e Ituzaingó surgen como municipios independientes en 1994 cuando se desprenden de Morón» y precisó que «estos tres distritos tienen una configuración similar, con un ingreso per cápita de nivel medio, y una alta proporción de ocupados de calificación media-alta (según datos del Censo 2010). Entre los tres suman 3.700 familias que habitan en barrios populares, lo cual es muy bajo en comparación con Merlo, que tiene 21.000, o Moreno con 22.000».

Ituzaingó es el segundo municipio del oeste que más destinó recursos en programas de asistencia: $1.130,49 por habitante. A esto se le suma que hay 3.733 titulares de la Tarjeta Alimentar y se cobraron 29.006 IFE. Por otra parte, también viven 1.187 familias en 19 barrios populares y tiene un 4,91% de sus hogares con NBI.

Hurlingham es de los tres el que presenta las condiciones más desfavorables: aquí se destinó solo $431,32 por habitante en programas municipales. En lo que respecta a las dos medidas Nacionales de mayor asistencia en pandemia, el distrito tienen 5.009 beneficiarios de la Tarjeta Alimentar y se liquidaron 31.354 IFE. Si hablamos de pobreza estructural, aquí viven 1.650 familias en 30 barrios populares, presentando un 6,85% de hogares con NBI.

Couto aclaró que «no puede evaluarse una gestión local exclusivamente por los recursos que destinan a la función social. Claramente los recursos importan por eso lo incorporamos al análisis, pero no el único elemento. Las capacidades municipales para gestionar los problemas sociales son diversas, cada vez son más complejas y requieren de destreza para articular con Provincia y Nación, y de dispositivos de articulación con organizaciones sociales, políticas, vecinales, entre otras».

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