Carola Labrador culpó a la policía, la política y a la justicia por el crimen de Candela 

A un mes del inicio del juicio, la madre de Candela Sol Rodríguez, acusó a los funcionarios bonaerenses y judiciales de encubrir a los verdaderos culpables del secuestro y homicidio de su hija.

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“Ahí estaré enfrentando a estas basuras. Va a ser un proceso largo, pero espero que se haga Justicia”, dijo Carola Labrador, la madre de Candela Sol Rodríguez, sobre los tres acusados de secuestrar, violar y asesinar a su hija de once años en 2011, quienes comenzarán a ser juzgados en febrero en los Tribunales de Morón. La mujer, además, culpó a la policía, la política y a la justicia por el crimen.

Labrador será la primera testigo en declarar ante el Tribunal Oral en lo Criminal 3 de Morón, a cargo de los jueces Diego Bonano, Raquel Lafourcade y Mariela Moralejo Rivera, quienes juzgarán a Hugo Bermúdez, de 56 años, Leonardo Jara, de 37, y Fabián Gómez, de 45, por los delitos de “privación ilegal de la libertad seguida de muerte”.

Sin embargo, la madre de la víctima se quejó: “Acá falta mucha más gente: los policías que estaban metidos y liberaron la zona, el ex ministro de Justicia de la provincia de Buenos Aires, Ricardo Casal; y el primer fiscal de la causa, Marcelo Tavolaro”.

Para la mujer, todos ellos “no hicieron nada para devolverme viva a mi hija cuando estuvo nueve días cautiva en la villa Costa Esperanza de Tres de Febrero, antes de que la entregaran a Bermúdez para que la matara”.

“Inventaron fábulas sobre nuestra familia. Fue una vergüenza política”, agregó Labrador, quien aseguró que el desvío de la investigación buscó encubrir a los principales responsables: “La Policía y la droga”. Por último, la madre de la nena se esperanzó: “Espero alguna vez poder saber qué pasó con mi hija”.

Reconstrucción del caso

El 22 de agosto de 2011 por la tarde, Candela fue secuestrada en la esquina de Bustamante y Coraceros, en Villa Tesei, Hurlingham, a media cuadra de su casa, donde tenía que encontrarse con sus amigas de Boy Scouts. Tres hombres que se movilizaban en una Ford Ecosport negra, la raptaron y habrían llevado a una villa de San Martín. Tras un tiroteo entre bandas, la nena habría sido trasladada en la madrugada del 29 a la casa de Kiernan 992, en Villa Tesei. Luego de unas pocas horas, la habrían llevado a unas cuadras de allí, a Cellini 4085, donde entre las 20:30 del 29 y las 08:30 del 30, previo abusar sexualmente de ella, fue asesinada. Un día después, entre las 13:30 y las 15:20, el cuerpo fue descartado en una bolsa en un descampado sobre Cellini, a metros de la colectora del Acceso Oeste.

Los investigadores creen que Bermúdez abusó y asesinó a la nena, mientras que Jara la habría secuestrado. Además, Jara habría realizado por lo menos una llamada extorsiva porque pretendía un dinero que Alfredo Rodríguez, padre de Candela y preso por pirata del asfalto, se habría quedado de un robo. Gómez, por su parte, está acusado de haber brindado la logística del secuestro.

Querella ausente

Desde el tribunal informaron a NoFicción que fue difícil notificar al estudio de Fernando Burlando, que representa a Carola Labrador. Los funcionarios del juzgado pudieron dar con el socio de Burlando, Fabián Améndola, luego de reiterados llamados telefónicos y cédulas judiciales. Tras varios meses, finalmente, la querella indicó que se regirá por la prueba presentada por la fiscalía.

El afamado abogado se involucró en este proceso cuando la madre de la víctima quedó en el foco de las críticas tras el hallazgo del cuerpo de la nena. En ese instante, desde el gobierno de la provincia de Buenos Aires se encargaron de instalar que se trataba de un ajuste de cuentas entre bandas de delincuentes. En ese entonces, tanto Burlando como Labrador, aseguraron que por medio del cura Julio César Grassi, condenado a 15 años de prisión por abusar sexualmente de dos chicos y a dos años en suspenso por desviar fondos desde el penal de Campana, fue quien interesó al abogado para que acompañe a la madre de Candela. Ambos dijeron compartir la amistad con el cura, quien con esta maniobra buscaría a su vez vengarse de la supuesta corporación judicial de los Tribunales de Morón.

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