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Esta semana comenzaron las audiencias públicas para definir el aumento de los servicios, que se estima estarán entre un 40% y 60% según la zona de residencia. Y ante la llegada del invierno, los vecinos empiezan a buscar formas de gastar menos energía, con el foco puesto en lo que más se utiliza en los hogares: la cocina.
Los investigadores del Instituto de Investigación e Ingeniería Ambiental de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) y el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) elaboraron una guía con 7 consejos claves para cocinar gastando la mitad de la energía. Y adelantaron: “hay que cambiar hábitos y, en algunos casos, equipamiento”.
1. Elegir el artefacto más adecuado para cada necesidad: la tecnología más ahorrativa es la hornalla a gas, seguida por los anafes eléctricos. La menos eficiente, el microondas (salvo para platos ya cocinados que hay que calentar). Para el agua para mate, pava eléctrica.
2. Elegir el recipiente más adecuado para cada necesidad: hay que seleccionar con cuidado dónde se colocará cada alimento o cada líquido a calentar. ¿Cómo elegir la cacerola, sartén o jarro ideal? Ni muy chico respecto de la llama, ni muy grande respecto de lo que se caliente.
3. Usar siempre la tapa: algo tan simple como tapar el recipiente ahorra cerca del 30% de la energía. El motivo es que se minimizan las pérdidas de energía por evaporación. Y, en consecuencia, la cocción se completa más rápido.
4. Antes de cocinar, descongelar: puede ser práctico, pero cocinar alimentos congelados gasta más energía.
5. Apagar el fuego antes: un mal hábito muy extendido es esperar a que la cocción se complete para apagar el horno, la hornalla a gas o el anafe eléctrico. Mucho más eficiente es cortar antes el paso del gas o la electricidad para que el calor residual complete el proceso gratis. Un típico ejemplo de derroche es el que se promueve en las instrucciones de algunas marcas de pastas secas, que indican meter 500 gramos de fideos en 4 o 5 litros de agua hirviendo y cocinarlos por 7 minutos a fuego máximo. Los investigadores destacan como mucho más eficiente usar una cacerola más chica de 1,5 a 2,1 litros de agua hirviendo, echar los fideos, esperar que el agua vuelva a entrar en ebullición y de inmediato apagar la hornalla. La cocción se completa en 10 a 15 minutos, con tapa.
6. Invertir en un salto de eficiencia: Los electrodomésticos con etiqueta “A” o superior (A++ o A+++) permiten reducir aún más los gastos de energía al cocinar, pero requieren ciertas inversiones para llevarlas al hogar.
7. Ollas de alta eficiencia: Según Salvador Gil, doctor en Física experto en Energía de la UNSAM, las ollas que tienen estrías o aletas en sus bases son las más recomendables porque mejoran en torno al 30% la transmisión del calor proveniente de la llama. Otras ollas destacadas son las térmicas o “brujas”: siguen cocinando hasta por 6 o 7 horas con el calor que alcanzó la comida al entrar en ebullición por las vías habituales. El truco: se introducen en recipientes térmicos donde el calor queda retenido. Las “ollas brujas” consiguen por ejemplo, según comprobó Gil, ahorros energéticos del 80% al hacer mermelada, del 70% para cocinar una sopa de verduras, del 42% para un guiso de lentejas y del 27% para un guiso de arroz.