Así fue la primera semana del segundo juicio por el crimen de Candela

El narco Mameluco Villalba, un ex policía, un buchón de la Bonaerense y un carpintero rinden cuentas ante la Justicia.

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La primera semana del segundo juicio por el crimen de Candela Rodríguez, con el narco Miguel MamelucoVillalba entre los cuatro acusados, estuvo marcada por el testimonio de la madre de la menor, Carola Labrador, y su padre, Alfredo Rodríguez. Además, declararon otros dos testigos. El gobierno pidió que Villalba, siga el debate desde la cárcel por cuestiones de seguridad.

Además del narco Mameluco, en el banquillo de acusados se encuentran el ex policía Sergio Chazarreta; el carpintero Néstor Altamirano y el buchón de la Bonaerense, Héctor “El Topo” Moreira. El juicio está a cargo de los jueces Alejandro Rodríguez Rey, Cristian Toto y Mariana Maldonado, que integran el Tribunal Oral en lo Criminal N°6 de Morón. Se espera más de un centenar de testigos en diez audiencias.

Los cuatro sospechosos están imputados de haber sido coautores de la privación ilegal de la libertad coactiva seguida de muerte de la nena de 11 años. La acusación corre por cuenta de los fiscales Mario Ferrario y Marcelo Papavero.

Por el caso, ocurrido en 2011, ya fueron condenados a prisión perpetua Hugo Elbio Bermúdez, de 66 años, sindicado como el autor material; y Leonardo Daniel Jara, de 46, sentenciado por ser partícipe necesario.

El curioso saludo

Dos datos sobresalieron en el juicio relacionados con los padres de la niña. Si bien Carola Labrador aseguró que no conocía a ninguno de los imputados en este juicio, el sitio Primer Plano Online, reconstruyó que en la primera audiencia fue saludada con un beso por “Mameluco” Villalba, quien se encontraba esposado por ser el único de los imputados que llegó preso al juicio por otras causas.

En tanto, Rodríguez se desentendió del caso. “No tengo ninguna sospecha de quién y por qué mandó a secuestrar y matar a mi hija” expresó. Sin embargo, contó que cuando se produjo su desaparición y se encontraba en la cárcel por un delito de robo, un compañero de celda le contó que Moreira había difundido que él “andaba diciendo” que era buchón y marcaba casas de la gente del hampa para la Policía.

Una de las hipótesis en torno al crimen es que fue un vuelto para Rodríguez, al ser sindicado como quien aportó los datos para que Villalba sea detenido y enjuiciado por narcotráfico, por lo que habría encargado el secuestro al ex policía Chazarreta.

“Conozco a Moreira del barrio en Loma Hermosa, San Martín. Allí vivió durante toda su vida antes de mudarse a Hurlingham. Él conocía a Candela y dónde vivía mi familia”, declaró Rodríguez, quien se descompensó en la primera audiencia y tuvo que ser asistido. Las sospechas apuntan a que Moreira incriminó ante el hampa a Rodríguez, cuando en realidad el “buchón” había sido él mismo.

Por su parte, Carola Labrador, contó como a partir de la desaparición de su hija tuvo que insistir en la comisaría para que le tomen la denuncia. Una vez que pudo hablar con el comisario, asegura que los policías se empezaron a mover y al otro día el fiscal Marcelo Tavolaro se presentó en su domicilio para tomarle declaración.

“Ensuciaron a mi hija y a mí”

Uno de los momentos más conmovedores fue cuando, con lágrimas en los ojos, describió el momento del hallazgo del cuerpo de la niña, una semana después que desapareciera el 22 de agosto de ese año: “Candela estaba envuelta en una bolsa de consorcio. Su cuerpo estaba lavado, uñas cortas, pies limpios”, rememoró y aseguró que quiere “justicia”.

La mujer acusó a policías, periodistas y funcionarios judiciales de haberlas ensuciado tanto a ella como a su hija asesinada: “Se habló mucho sin saber, se inventaron muchas cosas. Nos ensuciaron a mi hija y a mí”, expresó.

Carola indicó que decidieron trasladar el cuerpo de su hija del Cementerio de Hurlingham, donde aseguró que se había organizado un “tour” para visitar su tumba, a una necrópolis privada, en la que puede “descansar”.

En la segunda audiencia, declaró Zulema, abuela de la nena y madre de Carola. La mujer manifestó: “La Policía le mandaba a decir a mi hija lo que tenía que decir en televisión” y consideró que a su nieta “no la buscaron”.

“Tengo un dolor en el alma tan grande… Nosotros la pasamos muy mal. Candela era una nena que dejaba huellas. Ojalá nadie pase lo que pasamos nosotros”, sostuvo.

El pedido de Patricia Bullirch.

El Ministerio de Seguridad de la Nación, que conduce Patricia Bullrich, pidió que “Mameluco” Villaba, quien cumple una pena de 27 años de prisión en la Cárcel Federal de Ezeiza, deje de ser trasladado al tribunal de Morón en el que es juzgado por la muerte de Candela Rodríguez, por “cuestiones de seguridad pública”, al ser considerado un preso de “alto riesgo”.

En la solicitud, se sugiere que Villalba participe del proceso por videoconferencia. “Las características y alcances de la organización delictiva que integra, sus vínculos con las fuerzas de seguridad, y el muy alto riesgo de fuga que presenta dan cuenta del riesgo cierto para la seguridad pública que importa el traslado del interno”, indica una nota firmada por Bullrich y Julián Marcelo Curi, subsecretario de Asuntos Penitenciarios al TOC 6.

Bullrich y Curi, en la nota difundida por Infobae, le pidieron a la jueza que, “por estrictas razones de seguridad pública, se deje sin efecto el traslado” de Villalba a la sede del tribunal de Morón “los días 8, 12, 13, 15, 19, 20, 22, 26 y 27 de marzo, 3, 5, 9 y 10 de abril del año 2024″.

Sugiere que Villalba participe del proceso por videoconferencia

Como fundamentos se expresó que Villalba lidera una organización narco desde hace más de 20 años. “Es de público conocimiento la entidad y el alcance de la organización criminal conocida como ´clan Villalba´” y alertan por casos de connivencia policial.

“La permanencia y continuidad de estas empresas ilícitas, incluso cuando sus líderes están detenidos, se consuma gracias a la venia policial, el aprovechamiento de las ineficiencias y /o ausencias del estado y a la vulnerabilidad de muchas personas que conforman los eslabones más bajos o de menor rango dentro de su estructura”, describen.

El caso

El secuestro que derivó en el femicidio de la niña se inició cerca de las 15:30 del 22 de agosto de 2011, en la esquina de la casa en la que vivía, situada Coraceros y Bustamante, de Villa Tesei, partido de Hurlingham.

Ese día Candela planeaba encontrarse con amigas de su grupo de Scouts. Sin embargo, mientras las esperaba parada en esa esquina fue abordada por al menos tres personas, que la ingresaron por la fuerza a una camioneta Ford EcoSport negra, cuya patente trasera estaba cubierta, y la llevaron hasta una vivienda de Loma Hermosa, partido de Tres de Febrero.

La madrugada del 29 de agosto, ante un inminente allanamiento policial, Candela fue llevada hasta otro domicilio, situado en Kiernan 992 de Villa Tesei, donde se cree que, entre la noche de ese día y la mañana del 30, fue abusada y asfixiada por el ya condenado Bermúdez.

De la pesquisa surgió que el cuerpo de la víctima fue lavado para ocultar rastros antes de ser abandonado en una bolsa de consorcio arrojada a la vera de la Autopista del Oeste, también en Hurlingham.

Entre los elementos de prueba obtenidos en la causa, surgió que la camioneta en la que la niña fue secuestrada había sido provista por el expolicía Chazarreta y que estaba registrada a nombre de su pareja, quien es a la vez sobrina del “buchón” Moreira.

También se determinó que el primer domicilio en el que Candela estuvo cautiva era del “Topo” Moreira -a quien la niña conocía porque era cercano a su papá-, mientras que la segunda vivienda a la que la llevaron previo a matarla estaba deshabitada y fue provista por el carpintero Altamirano, quien se encargó de supervisar el cautiverio, según el acusador.

Para el fiscal, el cambio de domicilio se llevó a cabo luego de que el expolicía bonaerense Chazarreta advirtiera a sus cómplices que las fuerzas de seguridad estaban por allanar la casa de Moreira. “El traslado fue ante el inminente arribo de la prevención al lugar donde retenían y ocultaban a la menor, cosa que efectivamente ocurrió el 30 de agosto del 2011”, explicó el fiscal en el requerimiento de elevación a juicio al que tuvo acceso Télam.

Finalmente, el 31 de agosto, entre las 13:30 y las 15:20, el cuerpo de la niña fue abandonado a la vera de la calle Cellini, a metros de colectora de la Autopista del Oeste.

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