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Visita al centro comercial de Villa Ballester con sus aliados de la Coalición Cívica, reunión con la comunidad guaraní en José León Suárez y un ritual. No Ficción Web se subió a la recorrida sabatina de Andrés Petrillo, uno de los precandidatos a intendentes de Juntos por el Cambio en San Martín.
Aunque el cielo amaneció encapotado y el pronóstico meteorológico anunciaba lluvias, la agenda del recorrido casi no sufrió modificaciones. Las mesas de difusión de la candidatura de Petrillo se montaron con cada referente del espacio como cada sábado en distintos puntos del distrito.
La agenda del concejal empezó en el centro comercial de Ballester, donde recorrió distintos locales de la calle Alvear acompañado de la presidenta de la Coalición Cívica a nivel local, Patricia Malaspina. Además, lo segundeó Victoria Paolazzi, pareja de Petrillo, quien comienza a tener un rol cada vez más activo en la campaña acompañando en las recorridas.
“Caminar en familia para mi es un plusvalor. Victoria es médica de profesión, tiene una gran sensibilidad social y un gran orgullo por su profesión. La recorrida y el acompañamiento que hace es desde su lugar de familia y eso para mi es muy importante”, la describe Petrillo.
El primer local donde ingresa es una marroquinería, donde la comerciante tiene 36 años de experiencia en el rubro y cuestiona la falta de seguridad: “Antes estaban los pitufos por lo menos”, expresa recordando la experiencia de la Policía Local. Rememora las visitas de Gabriel Katopodis con Sergio Massa en 2011 y habla de las caídas en las ventas. “Yo te voy a votar, pero hacé algo”, le implora la mujer a Petrillo. “Probaste con tantos abogados, probá con un arquitecto que tiene otra mirada de la ciudad”, le dice el precandidato, casi en tono de venta de un alfajor, lo que despierta la risa de su interlocutora.
Para estas recorridas a centros comerciales y a otros lugares, se realiza un abordaje previo donde distintos referentes se encargan de dialogar de antemano con los comerciantes y jerarquizar las problemáticas. En este caso estuvo rodeado de Malaspina y el concejal Santiago Echevarrieta, ambos representantes de la Coalición Cívica, con quienes sostiene una alianza política en el distrito, que tiene un correlato en lo provincial con el respaldo de Maricel Echetcoin, presidenta del partido fundado por Elisa Carrió en territorio bonaerense.
“El abordaje se hace en conjunto con los referentes. Ellos hacen una visita previa a los centros comerciales, dialogan con todos los comerciantes, van viendo cuáles son las problemáticas más relevantes, se arma un pequeño informe y sobre eso Andrés recorre y comenta sus propuestas”, señala Alejandro Graz, quien está a cargo de la agenda del precandidato y articula entre las partes. “Todos los sábados son centros comerciales. Dos horas y media de recorrido para hablar con cada uno de los comerciantes”, agrega.
Petrillo alterna la escucha de los reclamos de los comerciantes, y habla de sus propuestas. Siempre está acompañado de sus colaboradores a cargo de las redes sociales y la grilla de la agenda del día. Dice tener como objetivo no ser solamente una foto en un cartel o un volante. Destaca su pertenencia como vecino de Ballester, en contraposición -sin mencionarlo- a otras ofertas electorales dentro de Juntos, un tiro por elevación al abogado mediático Mauricio D’ Alessandro, que no tiene historia ni trayectoria política en San Martín, pero que es el nombre plantado por el intendente de San Isidro, Gustavo Posse.
“Estamos mal. La principal problemática es la seguridad y la falta de ventas. Está todo mal”, le dice resignada a Petrillo una comerciante que abrió su local de ropa masculina hace dos años y medio en una galería de Ballester. “En San Martín estamos mal en seguridad porque el Estado municipal invierte muy poquito, solamente el 5 por ciento. Nosotros estamos trabajando con nuestro equipo para que la Seguridad sea la primera prioridad que abordemos en el Gobierno”, le dice el concejal.
La dueña de otro negocio se queja de las peleas de estudiantes del colegio Comercial que se dan a diario. “Salimos entre todos los comerciantes y no había policías. Nos rompen un vidrio y nos genera un perjuicio enorme”, relata. “Yo entiendo que es difícil el tema de seguridad, pero hay que hacerlo”, le pide la mujer de unos 30 años.
– ¿Cómo estamos en Ballester? – pregunta Petrillo a la dueña de un local de decoraciones para el hogar.
– ¿En qué sentido? A nivel comercial mal. En seguridad, peor. Las ventas son horribles. Abril fue fatal con la inflación – le responde.
Tras recorrer más de una decena de comercios de una de las calles principales de Ballester, la parada técnica es el Mc Donalds. Allí se sube el contenido a redes sociales de la recorrida, donde se busca transmitir la cercanía del candidato con los vecinos.
– ¿Cómo se lleva con la comunicación en redes sociales?
– Tengo a Sergi -su asesor en materia de redes- que es un puntal en esto y una de mis hijas que trabaja mucho y colabora conmigo. La comunicación no es solo lo que vos haces, sino lo que mostras que haces. Las redes como vehículo para transmitir nuestro mensaje, es fundamental.
Tras el breve descanso en el local de comida rápida, el itinerario continúa. El destino es el barrio Independencia de José León Suárez, en un encuentro con la comunidad guaraní organizado por la consejera escolar Silvana Tulli. A esta reunión también se suma Hernán Giaccio, un funcionario de Diego Valenzuela en Tres de Febrero que acompaña a Petrillo en su objetivo de llegar a la intendencia.
Desde Villa Ballester se cruza el túnel de Pueyrredón y se costea las vías del ferrocarril Mitre con destino a Suárez. Al costado del camino transcurre la primera bicisenda de San Martín, inaugurada recientemente por la Municipalidad que recibió críticas de todos los sectores políticos por los obstáculos suicidas que deben atravesar los ciclistas que la utilizan.
Anibal es el chofer de Andrés Petrillo, quien suma kilómetros recorridos a la par del precandidato. “En los barrios está todo mal y cada vez está peor”. Llegar con las ventanillas levantadas es parte del protocolo para evitar hechos de inseguridad. “Estas a la buena de Dios”, dice.
El paisaje comienza a cambiar cuando se llega a José León Suárez, donde la misma calle transita en la frontera del barrio 13 de Julio e Independencia. Las calles están asfaltadas e incluso hay un parque lineal, pero se encuentra algo descuidado y un basural a cielo abierto donde se acumulan residuos. La lluvia de la noche anterior provocó que se desparramen en la vereda y la calle. Las casas a ambos lados son precarias, pero llegan hasta los dos o tres pisos.
Cuando llega a destino, Petrillo desciende del auto y es recibido por Tulli. Al mismo momento, una llovizna intensa empieza a caer en el cielo de Suárez. Con Giaccio sube la escalera para ingresar a la casa de Gisele, quien presta su lugar para este encuentro. El menú es sopa paraguaya -una comida típica de aquel país- y empanadas.
Gisele le da la bienvenida a Petrillo. La reunión es con la comunidad originaria guaraní “Tata Guasu”, que significa “Fuego Grande” y está conformada por 36 familias en San Martín. Simón Rodríguez es su presidente y es quien luego oficiará de anfitrión para un ritual en otro lugar del vecindario.
“El basurero pasa una vez por semana y tenemos que llevar la basura a una esquina para que nos la retiren”, comenta una mujer. “Eso pasa porque los camiones no pueden entrar, ya que los cables están muy bajos. Si entrara el camión tiraría los cables y sería peor. El trabajo que hay que hacer es poner vehículos de recolección que sean acordes a la realidad del barrio y generar una recolección integrada al resto de la ciudad”, declama Petrillo.
“La Policía anda pero roban delante de ellos. Ayer -por el viernes- en una moto los perseguían y se tuvieron que identificar que eran policías para que no les roben”, asegura un hombre. “Es como que los ratones persigan a los gatos”, comenta Petrillo. “La misma policía viene a recaudar y no hace nada”, revela otra vecina sobre el modo operandi que tienen las fuerzas de seguridad en el barrio.
La última actividad en el barrio se da en la casa de Simón Rodríguez, al que se llega caminando unos metros e ingresando por un pasillo en el barrio. Él invita a realizar un “encuentro con nuestros dioses”.
El ritual es coordinado por Rodríguez, quien envuelve en un papel “toda clase de yerbas, con sahumerios y velas” que se tiran al fuego y quienes participan deben expresar sus deseos. “Nuestra comunidad lo hace para iniciar la suerte y abundancia”, comenta. Luego, se empieza a levantar el humo y los participantes deben “juntarlo” con las manos para que el ritual haga su efecto.
– ¿Cuáles fueron tus deseos e intenciones que depositaste en el fuego?
– Tener la posibilidad de que mis vecinos me den la oportunidad de dirigir los destinos de San Martín y la sabiduría para poder llevar adelante esa tarea.
