En el mes de abril hubo 13 amenazas de bomba que atentaron contra el servicio del tren Sarmiento, generando un gran malestar entre pasajeros y trabajadores. Pero el ferrocarril que una la zona oeste del Conurbano con Capital Federal no fue el único, otras líneas también padecieron los llamados anónimos.
Ayer la Policía Federal logró detener a un joven, de 28 años, residente del partido de Merlo, que habría realizado 9 llamados. Para evitar ser detectado, el sujeto extraía el chip y se comunicaba desde distintos sitios. En su vivienda, se encontró un teléfono celular.
Luego de la captura, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, aseguró que “ningún acto de este tipo va a quedar impune», y adelantó que están trabajando en un nuevo protocolo de seguridad para “minimizar los perjuicios»: “Va a contribuir en que no se produzcan estas acciones y habrá una persecución penal a los que realicen estas llamadas, ya que son un delito que trae perjuicio al país y a la gente”.
En diálogo con No Ficción, Rubén Maldonado, delegado de la Unión Ferroviaria, destacó que lo que hace falta es un “buen protocolo y que se cumpla”. En ese sentido, arremetió contra los jefes de estación por “poner en riesgo” la vida de los trabajadores. “Se supone que todo el personal tienen que salir de la estación ante una amenaza, pero los jefes no te dejan. Hasta ahora todas fueron falsas, pero si llega a haber alguna cierta, puede haber victimas”, denunció.
Cabe recordar que éste es el segundo detenido, ya que la semana pasada también se abrió una causa contra un hombre que realizó dos llamados alertando la presencia de explosivos en las estaciones de Once y Retiro. Según determinaron las investigaciones, el sujeto lo hizo desde el penal de Ezeiza, donde se encuentra alojado por otros delitos.
