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En un encuentro con vecinos y vecinas de Merlo, el presidente Alberto Fernández compartió opiniones sobre diversos temas, entre los cuales destacó la inflación, una de las problemáticas más importantes que atraviesan al país.
Al respecto, el mandatario ofreció una mirada controvertida: “Tenemos precios acordados con los grandes supermercados, pero nos cuesta acceder al almacén de barrio porque ellos no respetan los acuerdos de precios y, como trabajan en la informalidad, fijan los precios que quieren. Allí, tenemos que controlar más, para que los vecinos no sean castigados en precios elevados”.
Fernando Savore, presidente de la Federación de Almaceneros de la provincia de Buenos Aires (FABA) y vice de la Confederación General Almacenera a nivel nacional, dio a No Ficción su punto de vista: “No soy quién para responderle al Presidente, pero sí es verdad que nosotros no somos ilegales ni formadores de precios. Entiendo que el planteo del Presidente apunta a que es más fácil ordenar las cosas con los hípermercados porque son pocos. Nosotros somos 26 mil almaceneros solo en la provincia en Buenos Aires”, aclaró.
Sobre la suba de precios, Savore explicó: “Dependemos de los mayoristas porque reponemos el 80% de nuestros productos ahí. No tenemos llegada con los monopolios proveedores como tienen los hipermercados”, diferenció y agregó: “Los almaceneros conocemos bien la situación de la gente porque charlamos con los vecinos todos los días. Invito al Presidente a que se acerque a charlar y a que vea cómo funciona nuestro negocio”.
Savore, que es también titular de la Federación en Morón, Hurlingham e Ituzaingó, aseguró que “cuando algún almacenero comete un exceso con los precios, la misma gente lo castiga no comprando en ese almacén. No se puede pensar que somos los formadores de precios. Nosotros somos trasladistas; compramos y vendemos. No podemos marcar el rumbo económico del país. Si buscan a los especuladores, no los van a encontrar en los almacenes”.
Finalmente, Savore destacó el rol que el almacén cumple en la sociedad. “Vemos con preocupación que la gente compra alimentos con tarjetas de crédito. Nosotros, al ofrecer fiado con la libretita, dignificamos a ese cliente que todavía no cobró o que hoy no le alcanza, para que se pueda seguir llevando el alimento a su casa”, concluyó.
