A un año de la muerte de Agustín Acencio, familiares reclaman que “el asesino no fue ni un día preso”

El joven de 19 años fue atropellado por un conductor que se dio a la fuga. El sospechoso, que habría hecho desaparecer el vehículo, es un policía.

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Agustín Acencio tenía 19 años, había terminado el secundario y trabajaba como repartidor de agua, a la espera de ingresar a la policía. El 22 de mayo del año pasado salió a trabajar en su moto, pero solo pudo hacer una cuadra.

En el momento más estricto del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio, cuando las calles estaban vacías, un Ford Orion verde lo embistió en el cruce de las calles Méndez de Andes y Tres Cruces, en Rafael Castillo, La Matanza. “El conductor se bajó, lo pateó para ver si estaba vivo y lo dejó ahí tirado”, relató Claudia Ojeda, madre de Agustín, a No Ficción.

A un año del hecho, el principal acusado es Mauro Insaurralde, sindicado como el conductor del auto, quien era miembro de la Guardia Urbana, de donde fue desafectado. “No fue ni un día preso. Después de muchos meses y de mucho luchar, lo citaron a declarar tres veces. En la primera, no se presentó. En la segunda, mandó a un abogado. Y en la tercera fue, pero se negó a declarar”, resumió Claudia.

“Presentamos cuatro testigos, que ya declararon. Ahora, hay que esperar a que el juez Fernando Pinos Guevara ponga una fecha para el inicio del juicio”, explicó la mujer. Para la familia, la causa avanza con demasiada lentitud y llama la atención que no se haya detenido a Insaurralde. “Queremos justicia. Que vaya preso el asesino que destruyó a mi familia”, apuntó.

Agustín luchó por ocho días, pero las lesiones fueron demasiado grandes. Falleció el 30 de mayo. El auto que provocó su muerte nunca pudo ser hallado. La hipótesis de la familia es que lo hicieron desaparecer.

La causa está caratulada como “homicidio culposo agravado por abandono de persona”, a cargo del fiscal Carlos Arribas, de la UFI 12 de La Matanza.

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